Por increíble que pueda parecer, Andrew Bird vive un momento de popularidad estupendo. Como vaticinamos en la reseña del que era su último disco hasta ahora, ‘My Finest Work Yet’, ‘Sisyphus’ ha terminado siendo la canción más popular de toda su carrera. No hay nada de sus célebres álbumes de los 2000 entre sus pistas más escuchadas, todas pertenecen a sus últimos lanzamientos. ¿Cuántos artistas en torno a los 50 años pueden decir lo mismo?
Tras haber aparecido en la cuarta temporada de ‘Fargo’, donde interpretaba un personaje específicamente diseñado para él, Andrew Bird publica un álbum alejado del carácter político del anterior. En ‘Inside Problems’ ya no nos habla de «guerras inciviles» sino de mundo interior. El disco se pregunta «qué hay debajo de la superficie, ya sea la tierra, el mar, nuestra piel», versando sobre la membrana que separa los problemas externos de los internos.
La primera canción, ‘Underlands’, se pregunta «qué pasaría si el mundo se sale de su eje, si la luna empezara a menguar antes de crecer». Tan trascendentales cuestiones llegan del exterior hacia uno mismo en el tema titular, que partiendo del hecho de la metamorfosis que sufren muchos animales, asume con convencimiento que los humanos mutamos también, aunque solo sea psicológicamente: «No me hables ahora, estoy mudando / No me digas que es repugnante / Cada centímetro de nosotros es un milagro andante». En esta ‘Inside Problems’ el paso del estribillo «acabo de nacer» a «ella acaba de nacer» es igualmente hermoso.
Andrew Bird se inspira aquí en un par de ocasiones en Joan Didion. Es el caso obviamente de ‘Lone Didion’, que recuerda cómo la escritora perdió a su pareja y a su hija en un plazo de año y medio; y también de ‘Atomized’. Es esta una compleja composición inspirada por Beethoven, que reflexiona sobre la tecnología y se inspira en la cita de Joan, a su vez inspirada en Yeats, «fue la primera vez que lidié directa y rotundamente con la evidencia de la atomización, la prueba de que todo se desmorona».
Todo este poso intelectual no impide que ‘Inside Problems’ sea un álbum bastante accesible. ‘Lone Didion’ por ejemplo no deja de ser simplemente una composición costumbrista sobre una persona que vemos asistiendo a un restaurante, primero con su familia y luego sola; y ‘Atomized’ incluye una rima tan pizpireta como «¿soy como una isla o soy más bien como Finlandia?», logrando arrancarnos una sonrisa.
‘Make A Picture’ acerca hacia la mitad el álbum al pop, mientras el conocido violín de Andrew Bird vuelve a construir maravillas, sobre todo en los minutos finales de ‘Eight’, en verdad la pista 9, porque ya sabéis que el mundo puede llegar a ser un lugar absurdo. A veces continuamos escuchando demasiado a Lou Reed (‘The Night Before Your Birthday’), y la producción africanista y colorida de ‘Stop ‘N Shop’ parece algo descolgada del resto, sin que en ningún momento lleguemos a pensar -eso sí- que han empezado a desdibujarse los encantos del bueno de Andrew Bird.