Cine

Emma Thompson brilla en la divertida comedia sexual ‘Buena Suerte, Leo Grande’

Tras ’52 martes’ y ‘Amistades salvajes’, dos películas que gozaron de un moderado éxito en el circuito independiente, el tercer largometraje de Sophie Hyde está destinado a llegar a un público mucho más amplio. No solo porque Emma Thompson sea su protagonista, sino también por lo accesible y divertida que es.

La directora encuentra un justo equilibrio entre lo comercial y lo personal a través de la historia de una profesora jubilada, que se encuentra absolutamente insatisfecha sexualmente. Con su difunto marido, con quien estuvo casada décadas y formó una familia, nunca llegó a disfrutar plenamente del sexo. Nunca ha tenido un orgasmo. Por ello decide quedar con Leo Grande, un trabajador sexual, en una habitación de hotel.

Desde el comienzo, la propuesta llama la atención por el afilado guion de Katy Brand, cargado de diálogos ingeniosos y de chistes que funcionan sorprendentemente bien. Es fácil traspasar la línea de lo zafio tratando un tema de estas características, pero la película es capaz de esquivarlo durante todo su metraje, encontrando momentos de ternura y buen gusto. En realidad, más allá de su envoltorio de comedia ligera, es un delicado tratado sobre la sexualidad femenina en la madurez, y también un reflejo de cómo la sociedad machista ha hecho que gran parte de toda una generación de mujeres no haya podido vivir una sexualidad plena.

El peso del texto lo cargan dos interpretaciones espectaculares. Emma Thompson hace gala de su excelente tempo cómico y de su carisma en pantalla con una de las actuaciones más memorables de su larga carrera. Consigue dotar a Nancy, su personaje, de una humanidad y una verdad admirables. Su compañero de reparto, Daryl McCormarck, está igualmente pletórico en su encarnación del sexy y enigmático Leo Grande, y la química entre ambos es explosiva. Son dos personajes construidos desde el cariño y destinados a que el público conecte inmediatamente con ellos pese a que la razón de su cita pueda resultar problemática para ciertos sectores.

La dirección de Hyde no deja que la naturaleza teatral del texto le reste valor cinematográfico, prestando atención a los detalles menos obvios y creando planos –como el último- poderosos. Lo mejor de ‘Buena suerte, Leo Grande’ es lo comprometida que está con su temática y las interesantes reflexiones que se pueden sacar de ella sobre el trabajo sexual. También resulta refrescante encontrar una película que apela al público medio que no está hecha con molde, sino que se trata de un trabajo personal y con corazón. Agradable, divertido y, a la vez, profundo.

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Publicado por
Fernando García