Cine

‘Smile’ es una tópica pero efectiva película de terror comercial

El terror siempre apela a nuestros miedos sociales más profundos. No es casual que el slasher surgiera a finales de los 70 y viviese su época dorada en los 80. Durante esos años, el auge de los asesinos en serie era alarmante, especialmente en Estados Unidos. La llegada de estas películas respondía a una serie de ansiedades colectivas que suponían auténtico pavor en la sociedad de la época. Los slashers han ido evolucionando adecuándose a los problemas contemporáneos y reinventándose, alterando las reglas establecidas en busca de otras nuevas.

‘Smile’, en 2022, no puede decirse que pertenezca a este subgénero, pero el germen de su idea se fundamenta en subvertir sus bases. Aquí no hay un asesino en serie, sino que la amenaza es invisible para todos menos para quien la siente, de la misma forma que lo era en películas como ‘The Ring’ o ‘It Follows’.

La Doctora Rose Cotter es una psicóloga que se ve envuelta en una maldición cuando una de sus pacientes se suicida delante de ella. A partir de ese momento, comenzará a experimentar sucesos paranormales y a tener visiones espeluznantes en las que una persona –cada vez alguien distinto y, generalmente, gente que conoce- le sonríe diabólicamente. Para hacer frente a su nueva realidad, deberá indagar en el comportamiento de su difunta paciente e iniciar una investigación para poner freno a su calvario.

La salud mental es un aspecto social con el que estamos cada vez más concienciados. No es algo fortuito que la protagonista sea, entre todas las opciones posibles, psicóloga. Y tampoco lo es que el mal no se vea para quien no lo está experimentando, y que este pueda tener infinitas formas. Ni mucho menos que la devastadora consecuencia sea nada menos que un suicidio. ‘Smile’ se puede entender como una alegoría de la depresión disfrazada de película de terror comercial. Lo sea intencionadamente o no, lo más interesante que se puede decir de ella es que da pie a interpretaciones diversas si se decide ahondar más allá del mero entretenimiento. Aunque también es válido quedarse simplemente ahí.

Su estructura convencional y su abuso de recursos fáciles para generar tensión o asustar no harán que ‘Smile’ trascienda como una de las cimas del género, pero su fórmula es efectiva. En ella conviven ideas visuales y narrativas muy interesantes con otras completamente manidas, o incluso mal ejecutadas. En el primer grupo se encuentra su certera representación de los traumas y cómo llegados a cierto punto tenemos que enfrentarnos a ellos, aunque estos puedan, casi literalmente, devorarnos. En el segundo, el mejor ejemplo es la escena de la fiesta de cumpleaños, que es algo cercano al desastre. No solo por tópica, también por el extraño cambio de tono y, sobre todo, por lo mal interpretada que está, que parece que repentinamente estemos ante una película distinta.

Pese a todo, la cinta termina por encontrar su rumbo y deriva en un final digno. Casi siempre camina sobre seguro, sin tomar riesgos ni aventurarse en abrir nuevas posibilidades dentro del género, pero Parker Finn, su director, demuestra que lo conoce en profundidad. ‘Smile’ es una ópera prima irregular pero prometedora, que destaca más por las reflexiones que se sugieren que por su propio contenido. Con un guion más original y con una visión más estilizada, el talento que aquí se intuye puede derivar en grandes películas futuras.

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Publicado por
Fernando García