Música

Dry Cleaning / Stumpwork

Dry Cleaning pueden consolidarse con su segundo disco. En ‘Stumpwork’ se halla la que se puede considerar, desde ya, una de sus mejores canciones. ‘Gary Ashby’ es la historia de una tortuga que se da a la fuga, llamada con nombre de persona, y también es una de esas canciones de jangle-pop que cautivan desde la primera escucha, en su caso, gracias a una luminosa melodía de guitarra acústica que se hace notar en el momento más oportuno.

Cabe recordar que Dry Cleaning no es en absoluto una banda de rock al uso: su música se ha solido construir sobre una base de post-punk, pero es la vocalista Florence Shaw quien da personalidad a las canciones gracias a su apático recitado de las letras. Pitchfork lo llama «anti-carisma» y da en el clavo: la expresividad nula de Shaw la hace interesante.

‘Stumpwork’ sigue la línea del debut, pero con matices. En ciertas pistas se abren paso, efectivamente, unas guitarras muy luminosas y jangle, como en la destacada ‘Kwenchy Kups’, que habla sobre alegrarse el día observando nutrias (en serio). En otras, Dry Cleaning optan por un sonido más crudo y desértico y, por ejemplo, en ‘Hot Penny Day’, los de Londres copian a los Rolling Stones sin más miramientos. ‘Don’t Press Me’, otro de los singles, presenta un buen equilibrio entre ambos sonidos.

Dry Cleaning, a veces, prueban cosas nuevas, como en ‘Anna Calls from the Arctic’ que, con sus sonidos jazzy, parece más una canción de Cate Le Bon que de ellos. «Nada funciona, todo es caro, y opaco, y privatizado», dice la letra. Su sentido del humor «grumpy» prevalece en el álbum, incluso cuando las canciones son abiertamente políticas, como ‘Conservative Hell’, que habla de «poderes policiales» pero también de «setas públicas» y de «niños que muerden».

A veces los conceptos de Dry Cleaning funcionan mejor que las composiciones. ‘Liberty Log’ está inspirada en la imagen de un «monumento estúpido» que se inventó Florence, un leño llamado «el leño de la libertad», pero la idea es más divertida que la canción. Llegados a este punto seguramente hay quien esperaba que el disco diera, al menos, tanto repelús como su portada, pero la producción de John Parish mantiene la elegancia en todo momento, lo que le resta cierto carácter.

‘Stumpwork’ es un trabajo que confirma los atributos de Dry Cleaning, y les da una pátina más nítida y profesionalizada. Su interés por el absurdo sigue patente en las letras, algunas sacadas de trozos de periódicos y sin demasiado sentido aparente, y el anti-carisma de Shaw cautivará tanto a unos como aburrirá a otros. Comercialmente puede consolidarles pero, a nivel artístico, simplemente les confirma, que tampoco está mal.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: dry cleaning