Margarita Quebrada es amiga de Carolina Durante, es decir, es también una banda de chicos con nombre de mujer; una banda, en este caso, formada por Nacho López, Mikel Cabanes y Guillermo Juan Montesinos. Estos tres músicos valencianos empezaron grabando maquetas en su habitación y ya cuentan con dos discos publicados a sus espaldas, ‘Luces‘ (2020) y este ‘Gas Lágrima’ publicado en otoño.
Que el post-punk es un lenguaje musical inmortal, idóneo para expresar sentimientos de desasosiego y perdición aún bien entrado el siglo XXI, ha quedado claro una y otra y otra vez. ¿Qué aporta Margarita Quebrada a este universo? En primer lugar, un sonido mecánico y gélido, no extraordinariamente distintivo, pero sí atractivo dentro de su nostalgia. En segundo, canciones con cierta pegada que en absoluto temen a la magia de una buena melodía
Ahí está, por ejemplo, la explosiva ‘No sé cuántas horas’, en la que caben autotune y teclados raveros; o el potente inicio con ‘Azul’. Entre pistas menores como ‘Dentro de mí’ destacan especialmente dos: el estribillo de ‘Otro lado’ lo ha grabado Dorian en una dimensión paralela, y la melodía desesperada de ‘Odio que me miras’ podría haber salido de la boca de Alizzz. En ambos casos es para bien.
En su apego a los códigos del post-punk clásico (ellos citan entre sus influencias a Bauhaus), las canciones de Margarita Quebrada hablan de sentirse desconectado de la sociedad, de «heridas abiertas», de no «reconocerse en los ojos de la gente»… Hablando de Alizzz, él ha sabido conectar con la generación de hoy gracias a sus letras, mientras las de Margarita Quebrada siguen un patrón, el que dicta la cultura del post-punk, sin darle otra vuelta.
A lo que sí da vueltas la banda es a algunas de sus producciones. La pista titular directamente se desliga del sonido general y entra en el terreno de la electrónica preciosista con resultados dignos; ‘Tu mitad’ cierra el disco con ritmos de hyperpop y otros parecidos al gabber y, dentro de la tónica general de ‘Gas Lágrima’, el reactor post-punk de ‘Miedo’ suena (un poco) menos obvio que su título.