Música

David Crosby, leyenda de la quinta dimensión

En una entrevista emitida en 1969, David Crosby, Joni Mitchell y los integrantes de Jefferson Airplane (¿es Grace Slick la hermana lejana de Katy Perry?) comentan, sentados en círculo, el recién celebrado festival de Woodstock, en el que acaban de tocar, y hablan por encima sobre política o sobre las críticas. Cuando el presentador Dick Cavett les pide que digan algo que siempre han querido decir en televisión, Crosby aprovecha para denunciar que «el aire que respiramos no está limpio» e incita a las principales empresas automovilísticas de Estados Unidos a cesar sus negocios.

En los últimos días, nada había cambiado tanto para Crosby. El músico californiano había compartido en Twitter su apoyo a la activista Greta Thunberg. A la vez, se recreaba en su admiración por ‘Eleanor Rigby’ de los Beatles. Crosby ha fallecido este jueves 19 de enero después de una larga enfermedad, ha confirmado su mujer, Jan Dance. Tenía 81 años.

La estampa de la entrevista de Cavett es icónica porque captura un momento en el tiempo, la ola hippie de los 60, de la cual Crosby fue uno de sus grandes protagonistas. En 1965 fundó los Byrds junto a Gene Clark y Roger McGuinn, que se convertiría en una de las bandas de rock más influyentes de la historia. Conocidos por sus armonías cristalinas y por el sonido ruidoso de la guitarra de 12 cuerdas de McGuinn, Byrds sentaron las bases del folk-rock combinando las melodías poperas de los Beatles con instrumentos y sonidos tradicionales. Después, en discos como ‘Fifth Dimension’, agregaron un toque psicodélico a su sonido. Y, en 1968, los Byrds publicaron uno de los álbumes clave del country-rock, ‘Sweetheart of the Rodeo’, por muchos considerado el mejor de su, por otro lado, breve carrera.

Aunque Crosby escribió algunas de las canciones más queridas de los Byrds, como ‘Lady Friend’, ‘Everybody’s Been Burned’ o ‘Eight Miles High’ (no así sus mayores éxitos, ‘Mr. Tambourine Man’ y ‘Turn Turn Turn’, que eran versiones), el músico fue despedido del grupo por desavenencias personales. En el documental de Netflix ‘Echo of the Canyon’, Crosby recordó que se le había subido la fama a la cabeza y que sus compañeros le despidieron «por gilipollas». Lo cual no le impidió seguir haciendo historia.

En 1968, el hijo del oscarizado Floyd Crosby formó el supergrupo Crosby, Stills & Nash con otros músicos que habían dejado recientemente sus bandas originales, Stephen Stills de Buffalo Springfield y Graham Nash de los Hollies. Juntos, en 1969 publicaron un primer disco que siguió influyendo en el desarrollo del folk-rock y que produjo los éxitos ‘Suite: Judy Blue Eyes’ y ‘Marrakesh Express’. Con la suma de Neil Young a la formación, el ahora cuarteto vendió 8 millones de copias de su disco ‘Dèja vu’, dejando uno de los discos más queridos de los 70, pese al titubeo inicial de la crítica, y el histórico single ‘Our House’, una «oda a la felicidad doméstica de la contracultura».

Mientras Crosby, Stills & Nash (con o sin Young) siguieron publicando discos y tocando, Crosby también desarrolló su propia carrera en solitario, publicando cinco álbumes de estudio separados en el tiempo por décadas. El primero, ‘If I Could Only Remember My Name’, no recibió grandes halagos a su edición en 1971, pero el revival «freak folk» de los 2000 lo puso en mejor lugar. Crosby lanzó discos hasta hace muy poco: ‘For Free’, su álbum final, vio la luz en 2021.

Fue ese mismo año cuando Crosby anunció que había decidido vender su catálogo musical a un fondo de inversión con el propósito de proteger su patrimonio y el futuro de su familia, en el contexto de una industria musical enormemente perjudicada por la pandemia, en especial el sector del directo. «No puedo trabajar, el streaming me ha arrebatado el dinero que obtengo de las grabaciones, y tengo una familia a la que cuidar y una hipoteca que pagar, de modo que es mi única opción», eran entonces sus palabras.



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Publicado por
Jordi Bardají