Entre los discos que están pasando desapercibidos de las últimas semanas de 2022, el segundo que Red Hot Chili Peppers sacaban en un plazo de 6 meses. ‘Return of the Dream Canteen’ fue grabado en las mismas sesiones que el a su vez irregular ‘Unlimited Love‘, también bajo la supervisión del magnate Rick Rubin, últimamente más inspirado como productor ejecutivo y consejero de Kae Tempest.
En este «Regreso de la Cantina de los Sueños», la banda de Anthony Kiedis juega a alternar la eterna juventud con la sabiduría aportada por los conocimientos adquiridos. De un lado encontramos títulos tan adolescentes como ‘Fake as Fu@k’ o ‘My Cigarette’, junto a un cúmulo de experiencias vitales que incluye un montón de homenajes a una serie de leyendas. ‘Eddie‘, uno de los singles y una de las composiciones más dignas, no solo por su desbocado juego de guitarras eléctricas al final, es un sentido homenaje a Van Halen. «Por favor, no me recuerdes por lo que hice anoche (…) Es tan solo 1980, es tan solo 1983».
El otro single principal ‘Tippa My Tongue’ se escribió con George Clinton y Jimi Hendrix en mente. Hay una referencia a ‘Summer Wind’ de Frank Sinatra en ‘Bella’; a Henry Miller, a Hall & Oates y a Marlon Brando en ‘Roulette’; y el continuo «name-dropping» salpica lo mismo a Nat King Cole (‘My Cigarette’) que a The Clash (‘Shoot Me a Smile’).
Musicalmente, el grupo se encuentra como siempre confortable en ese registro p-funk que escuchamos en los mencionados sencillos o ‘Fake As Fu@k’, sonando mucho más perdido cuando intentan hacer una balada emocionante, pues no es el caso de la soporífera ‘La La La La La La La La’ ni de la final ‘In the Snow’, cuyas partes de «spoken word» no es que transmitan mucho. O cuando intentan hacer algo distinto: el añadido electrónico de ‘Bag of Grins’ es el que haría una banda tan sofisticada en sus producciones como La Oreja de Van Gogh.
Pero lo peor es el acabado de algunas canciones rockeras. Uno no se pasó media vida deseando que el supuestamente experimental John Frusciante volviera a Red Hot Chili Peppers para esto. En producciones como ‘Bella’ se echa de menos que pise un pedal o añada una doble textura que impida a las canciones sonar como si fueran maquetas. Esa nadería desde todos los puntos de vista que es ‘My Cigarette’ -solo de saxo incluido- hace sonar ‘Return of the Dream Canteen’ como un disco de rarezas más que como un disco de estudio de 75 minutos de Red Hot Chili Peppers.
Lo único bueno que puede decirse de este álbum en el mejor de los casos es que algunas de las canciones suenan cucas, como es el caso del estribillo de ‘The Drummer’ o de las armonías vocales tipo The Mamas and the Papas de una parte de ‘Shoot Me a Smile’. Y que nos da una lectura sobre lo que pasa por la cabeza de Anthony Kiedis después de tantas décadas de carrera: sus anhelos, sus miedos, sus arrepentimientos. Entre un sinfín de frases ininteligibles marca de la casa, ‘Handful’ dice: «hay un capítulo de mi libro que no quiero que leas / hay un capítulo en mi vida en el que no conseguí tener éxito». Sus seguidores especulan en Genius sobre si está hablando de esa parte de su autobiografía en que reconoció haber tenido sexo con una chica de 14 años.