Música

RAYE / My 21st Century Blues

La historia de RAYE es la definición de «Popjustice»: la británica, fichada por una discográfica grande desde 2014, en su caso Polydor, e incapaz de publicar un álbum después de siete años de contrato cumplidos y varios hits logrados en Reino Unido (sobre todo de colaboraciones con DJs), parte peras con la discográfica y, de golpe, desde la independencia, le llega el mayor éxito de su carrera.

Para mayor sorpresa, el éxito de ‘Escapism.‘ no se ha ceñido a Reino Unido, donde ya ha sido número 1, pues actualmente es una de las 10 canciones más exitosas en el mundo. Una alegría también para su artista invitada, 070 Shake, que realmente nadie vio venir, de ahí que ‘Escapism.’ sea evidentemente la mayor ausencia en nuestra lista de Mejores Canciones de 2022. El éxito de ‘Escapism.’ demuestra que el público no tiene por qué estar atontado con los hits tiktokeros de turno, que aún una canción que se aproxima a los 5 minutos de duración, compuesta de varios episodios, pero aún atiborrada de ganchos (ese piano aporreado da años de vida), puede petarlo.

‘Escapism.’ también cuenta la historia de una persona que acude a las drogas para aliviar el dolor de su vida. RAYE la compone convencida de que su carrera se ha «convertido en una mentira», porque ella se enamora de la música cuando, de niña, escucha ‘The Diary of Alicia Keys‘ y descubre que puede contar historias a través de álbumes, de obras completas. Polydor nunca le permite dar ese paso, pues prefiere que siga grabando hits seguros de música dance con los que ella no se identifica; así que la llegada de su debut largo ha costado sudor y sangre, pero por fin es una realidad.

Concebido como vehículo para vertir sus «penas», RAYE titula su disco ‘My 21st Century Blues’, y es sorprendente la brutal honestidad con que lo hace. «A todos los ejecutivos blancos, que le jodan a vuestro privilegio» es una de las primeras frases que escuchamos en el disco, en concreto, en el primer single, ‘Hart Out Here’, otro brillante corte de inspiración hip-hopera, en el estilo de la Christina Aguilera de ‘Stripped‘, que vale la pena descubrir cuando te hayas cansado de ‘Escapism.’. En la balada ‘Ice Cream Man.’, Keen canta sobre los repetidos abusos sexuales que ha sufrido, a los «11, 17 y 21 años», sin miedo de aludir a un «productor» musical con el que ha trabajado, al que da el mote de «el hombre de los helados» porque invitó a la cantante a su estudio amigablemente solo para ponerle su «fría mano encima». Su adicción al alcohol y a las drogas marca varios cortes, uno de ellos titulado directamente ‘Mary Jane’ que, casualmente, es el más «blues» de todos.

La franqueza de RAYE es refrescante porque sus canciones suenan a pop, pero la honestidad sangrante de sus letras se asemeja a las del rap. Billie Eilish ha marcado un antes y un después en este sentido, y también puede hacerlo RAYE. Cuando lees la letra de ‘Body Dysmorphia.’, cuando atiendes al modo en que Keen enumera tristemente todas las partes de su cuerpo que odia, o cuando en ‘Environmental Anxiety.’ ataca a Boris Johnson por «esnifar cocaína», y también a todos los «líderes políticos que son clasistas, sexistas, racistas, capacitistas, fascistas, edadistas y homófobos», en una extraña producción que mezcla el big beat de los 90 con las armonías robotizadas de Bon Iver, te queda claro que no entra en los planes de RAYE filtrase a sí misma, después de haber estado de manos atadas toda su carrera.

El repertorio, además, acompaña. Con Mike Sabath, que ha trabajado con Lizzo o Selena Gomez, a los mandos de la producción, ‘My 21st Century Blues’ exhibe la versatilidad de RAYE a través de casi una quincena de cortes. ‘Oscar Winning Tears.’, el tema inicial, es triunfal y remite precisamente al soul contemporáneo de la primera Alicia Keys, pero después ‘Black Mascara’ introduce un oscuro ritmo de house igualmente inspirado, llevándonos a la discoteca… de la misma manera que ‘The Thrill is Gone’ nos empuja a los salones de baile de los 60. De sonido funk inspirado en James Brown, aunque esos saxos harían bailar hasta a Amy Winehouse desde su tumba, ‘The Thrill is Gone’ es otro pedazo de single de RAYE que merece triunfar, aunque ‘Escapism.’ parece que se vaya a merendar toda la campaña.

Los singles de ’21st Century Blues’ representan lo mejor que el disco ofrece, pero destaca la preocupación de RAYE por entregar una obra narrativa, enmarcada con su introducción y su final, y también por cuidar una secuencia que, pasados los sencillos, sigue regalando sorpresas a la que estás deseando llegar, como el intrigante dancehall de ‘Flip a Switch.’ o el deleite disco de ‘Worth It.’. Hay que aplaudir a RAYE por entregar un álbum que sobrepasa las expectativas que pudimos ver en ella cuando la conocimos con su sample de Ashanti, allá por 2017. Semejante talento no se iba a conformar con ser la voz anónima de ‘Secrets’ de Regard, ‘Bed’ de Joel Corry o ‘You Don’t Know Me’ de Jax Jones, y el pop ha ganado una nueva estrella que seguir de cerca.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: raye