Música

Luz Casal: «Me produce pudor que me consideren artista: artista es Dalí»

Luz Casal acaba de publicar un nuevo disco llamado ‘Las ventanas de mi alma’ que desde Virgin venden como «el más personal de su carrera». Desde luego la artista se ha implicado como pocas veces para hablarnos de la muerte de su madre, de edadismo o de la manera de sacar fuerzas en un periodo tan complicado para todos como fue la pandemia.

Es la segunda ocasión tengo el placer de entrevistarla, y no es un decir. De casi cada frase que pronuncia se me ocurre una repregunta que no puedo formular por cuestiones de tiempo. Al final, tienen que darme un toque para salir de la sala adjudicada en el hotel que ha construido Universal en el Teatro Albéniz.

Evito tratar temas como sus co-autores Pablo Sycet o Vainica Doble sobre los que ya hablamos en la entrevista anterior, a pesar de que este nuevo álbum se cierra con una composición de Carmen Santonja recuperada de los años 90, antibélica. ¿Pero cómo dejar de hablar de revivals, de la muerte, de lo que necesita un artista para ser considerado artista, de modas que vienen y van, de las 2.000 llamadas que la cantante hizo a sus fans durante la pandemia de coronavirus?

¿Cómo estás?
Feliz, contenta… esperando la nota del examen de algo que ha costado tanto tiempo y esfuerzo. Pero ha sido muy bien empleado, estoy muy satisfecha del resultado final.

¿Para ti qué significa esa nota? ¿Quién te la da?
La gente. El público. Empezamos ya la gira en España, porque hemos tocado en Atenas, pero sin canciones nuevas. Ahí empezaré a ver la reacción de la gente. Sin ninguna duda es un examen: qué les parece la portada, qué les parece que haya canciones de aquí y de allí. Que me haya mostrado aquí más vulnerable, allí más fuerte…

Pero hay canciones que en directo no funcionan, y en estudio sí, y tampoco pasa nada, ¿no?
Son las dos cosas. Ahora sabré tu opinión del disco, si me la quieres dar, como antes la de tu compañero anterior. Voy percibiendo lo que significa el disco para quien lo ha escuchado. Luego está ese contacto directo, donde percibes cómo sale. Cuando hicimos la gira del disco pasado, hacíamos el disco entero, luego una pausa, y al final el resto de canciones. Y fuimos dándonos todos cuenta de que había canciones a las que se reaccionaba con menos entusiasmo. O con mucho entusiasmo. La canción que le he dedicado a mi padre le interesa al padre más sentido, pero al resto como que no. Aquí pasará un poco lo mismo.

A mí me apetecía que hicieras un disco de rock, pero de repente mi favorita es ‘Un lugar perfecto’, que es más bien folk. En plan rock, ‘Antes que tú’ es una canción peculiar, porque también tiene algo de música disco.
Yo soy la culpable de la parte disco. Hubo un momento en que me acordé de las guitarras de Chic: me venían bien como para mantener la canción. Es mezclar dos cosas que podían cohabitar bien. No me importan todas las referencias que puedan surgir: lo que al oyente le parezca, me parece que está muy bien. No me desagradan las comparaciones.

La letra de ‘Antes que tú’ da como para una entrevista entera. Habla de «subir, bajar» y todo ese «blah blah blah». Estás hablando de relativizar el éxito. ¿Has tenido que escuchar mucho de ese blah-blah-blah?
Sí, claro. Con esta canción quiero manifestar que tengas cuidado, que cuides tu integridad, que es saber conocerte. Cuando digo que «ya no soy carne fresca» puede parecer que me estoy subestimando, pero es que es así. Él o ella sí son carne fresca. Yo no.

¿Quién es ese «él», ese «ella», ese «tú» de la canción?
Le estoy diciendo al que está vigente que no se descuide, que le va a pasar lo mismo.

Estás hablando de edadismo, en JENESAISPOP intentamos cuidar a los artistas que no son la novedad. ¿Tú crees que se está cambiando y se está retrasando la edad a que dejamos de tener en consideración a los artistas?
Hay muchísimos casos donde la imagen está por encima de otras cosas. Hay muy pocos casos de cantantes, sobre todo femeninas, que hayan triunfado o mantengan el tipo más allá de los 40. Madonna y muy pocos más.

«Parece que todo está reducido a una imagen, a una edad»

Estoy muy concienciado con este tema, pero creo que se está mejorando. Shakira tiene 45 años y acaba de tener un número 1 mundial. Creo que casi nadie está hablando de su edad.
Ha sido impactante: un exitazo a ese nivel, enorme… Pero son muy pocos casos. Me acuerdo de cuando Adele lanzó su álbum. Hizo un alegato de que mujeres como ella, de treinta y pocos, no tenían espacio. No comunican con personas de su edad. Hay una dificultad, parece que todo está reducido a una imagen, a una edad. Yo no puedo estar más que agradecida de poder seguir teniendo una carrera, la oportunidad de poder grabar, tener un álbum completo. No una canción. Un álbum completo. Ya me parece un regalo.

¿Has sufrido el desprecio de algún artista joven en concreto y es a quien dedicas el tema?
¡No, no! Tampoco soy cronista, ni reflejo de manera exacta algo tal cual. Es una imaginación. Me preparo para un día en que no esté aquí. Soy consciente de que un día no voy a estar aquí, no voy a existir, no voy a tener un cuerpo físico. «Pronto seré la nada y el olvido». «Seré más olvido que presente». Es una reflexión que puede sonar muy rotunda, pero es una manera de añadirle a la canción elementos. Yo no veo el final ahora mismo, espero que tarde mucho, pero es una manera de darle consistencia a la letra. No es que considere que eso vaya a pasar pronto. Haciendo una composición, una mujer describe unas posibilidades y dice «fui lo que tú ahora eres, y lo que soy, serás». Estoy mezclando cosas, como cuando hablas de algo íntimo, o como cuando digo «cambio de timón». Uso una imagen clara y poderosa para que quien la escuche, pueda verla. Pero no estoy diciendo «que se le acaba el rollo».

«Lo de Bowie fue brutal. Su último álbum lo tuve que escuchar en pequeñas dosis»

Entiendo que no es una crónica, que es una metáfora, pero es llamativo que ciertos artistas a partir de los 60, han ido hablando de su final, como Bowie o Leonard Cohen.
Bowie fue brutal. Ese álbum (NdE: ‘Blackstar’) lo tuve que escuchar en pequeñas dosis. Le presté mucha atención. Saber que estaba malito mientras lo hizo, que se tuvo que ir dosificando. El vídeo que hizo con Tilda, me encogió el corazón completamente. Has dado 2 nombres considerados por mí artistas. A mí me cuesta mucho trabajo considerarme artista. Tengo en altísimo valor qué es para mí un artista.

Pues si tú no te consideras artista, después de 4 décadas de carrera…
No te lo digo para que me digas que sí. Te lo digo de manera espontánea. Es como el pintor después de todo el proceso. Los últimos cuadros de Picasso son como pintados por un niño. Como «me queda poco tiempo, quiero acabar esto». Hay como una regresión. Bowie anuncia su final y es como el reflejo de un espejo en el que está viendo su deterioro sobre todo de salud, físico. Y lo convierte en material expresivo. Aparte de que les hiciera bien hacerlo, es una de las pruebas más entregadas. El final no es un tema agradable. Hablar de mi final, de mi enfermedad, de mis fracasos… El verdadero artista hace melé de esas cosas. Anunciar su final, es de una franqueza brutal.

«No me interesaba hurgar en el dolor que todos conocimos en la pandemia. No exponer el caso de una persona que se quiere quitar de en medio porque no lo puede soportar»

En cualquier caso, tu disco es optimista, mucho más luminoso que todo esto. Incluso ‘Hola, qué tal’, que es la canción de pandemia que escribiste al telefonear a 2.000 fans.
La gente ha querido olvidar un episodio dramático, una vez pasada la pandemia. Ese momento dramático tendemos a olvidarlo aunque esté en nuestra memoria. No me interesaba hurgar en el dolor que todos conocimos. No exponer el caso de una persona que se quiere quitar de en medio porque no lo puede soportar. «Yo te llamo porque quieres hablar y porque sé por qué estás pasando. Entiendo que estés desesperado». Todo eso se convierte en algo luminoso, esperanzador, casi divertido, si me permites. Por eso tiene esa base (canturrea «hola, qué tal»), para salir adelante. No hacer un viaje más a ese pasado, a esa dureza.

¿Qué te encontraste en esas 2.000 llamadas?
Una barbaridad. Todo el abanico profesional posible. Incluyo a estudiantes. Todas las generaciones. Todos los dramas posibles. Todas las alegrías posibles. Hice 2.000 y algo de llamadas, es para hacer 100 canciones con las 100 historias más relevantes.

«Todo lo que nos produce dolor puede ser revertido»

‘Duele’ habla de la muerte de un familiar cercano (NdE: su madre), pero también, de nuevo suena alegre. No sé si por llamarte Luz te ves como obligada a traernos luz (risas).
Ojalá fuera así. Las cosas desagradables, los dramas, lo que nos produce dolor… puede ser revertido. Por lo menos hay que tener la actitud de «¿no puedo correr? Pues ando. ¿No puedo andar? Me quedo aquí y estoy bien». Esa actitud muy cercana a lo religioso de aceptar el destino. Yo creo que el destino se puede modificar. Cuando te llegan decepciones… «si no me hubiera dejado este idiota, ahora no conocería a otros». Aunque todos mis discos tengan canciones de profundidad y melancolía, sobre todo yo canto a una cierta esperanza. Parece que tengo esa predisposición natural. ¿Te dejé marchar? ¡Pues vete!

¿Es más difícil componer desde la alegría que desde la tristeza? Hablabas de Adele: ella hace una canción de ruptura, y todo el mundo lloramos. Me parece más difícil hacer una canción optimista.
Como hemos escuchado muchas veces, es más difícil hacer comedia, ¿no? ‘Antes que tú’ tiene tanta intensidad como la letra más profunda del resto del disco, pero está soltada, cantada, hecha para descojonarte. A mí me gusta más eso, tener esa sensación. Sé que puedo cantarle al dolor como la mejor de las actrices del mundo mundial, pero no me interesa explorar lo que ya he explorado o lo que me sale de manera natural. Quiero ir a otros registros. Por eso soy tan veleta como la ilustración de la portada. Como la cometa.

En este disco has colaborado con Los Zigarros, Víctor Mirallas… También has trabajado hace poco con Viva Suecia…
Eso para su álbum. Con Vic me propusieron y me pareció interesante compartir una mañana. Venía con una canción desarrollada y ahí se acabó ‘Hola, qué tal’. En el caso de Ovidi de Los Zigarros, proyecto que él comparte con su hermano no sé en qué porcentaje, yo tenía esta idea de que ‘Antes que tú’ tenía que ser rock. Empecé y no arrancaba bien. Me iba casi más por territorios de música urbana, por decirlo rápidamente. No me encajaba. Lo probé con Baldo (J.M. Baldomà), que muy es importante en el album, y tampoco funcionaba. Como escucho mucha música, un día me salió una canción de Los Zigarros y dije: «¡esto!». Le conté la idea de «dentro de 10 años habrá otra que es más guapa, de toda la fragilidad del «top of the hill». Me mandó un audio (NdE: tararea el riff) y dije: «vamos bien».

¿Cómo escuchas música ahora mismo? ¿En vinilo, CD, streaming?
Bueno, depende de dónde esté y cómo esté. Si me despierto a la hora que sea, lo más fácil para mí es ponerme música clásica, sonatas, conciertos, el número 1 de piano y orquesta de Tchaikovsky. Lo escucho en el teléfono o ipad porque lo he escuchado muchas veces. También me gusta escuchar cedés, leer los créditos, es algo con lo que yo trabajo, quiero ver quién ha hecho el mastering.

¿Tienes una gran colección en físico?
Tengo una gran colección junto con mi compañero, una gran colección de discos. Tengo un enorme espacio ocupado por ellos, que no me dejan sitio para mí.

«Ahora apenas hay guitarras eléctricas, yo sí tengo porque me produce sensaciones necesarias»

C. Tangana ha protagonizado un gran revival del pop-rock de los 90 con Kiko Veneno, Ketama… Hay como un revival de este sonido. Tu disco también tiene partes así como cuando ‘Suave es la noche’ pasa a ser no sé si un bolero o un son.
Tiene un poquito de bolero chá. Como de cha-cha-chá. Defiendo la variedad de canciones y de género. El texto y la melodía te van exigiendo por dónde tienes que ir. ‘Suave es la noche’ siempre me la imaginé con un trombón y antes de acabar la canción tenía la intención de grabarla en Cuba. La fui prepranando para grabarla de manera tradicional. Me venían flashes de cuando fui a Tropicana porque actuaba Omara Portuondo. Es darle a los músicos la oportunidad de que se desarrollen en un género que para ellos es una aventura. Como para mí fue componerla. Yo no hago planteamientos racionales como «voy a hacer un bolero». Surgió. Sí me plantee que ‘Antes que tú’ tenía que ser un rock’n roll. Si saltas al precipicio tienes que ir con todo, pero no hago planteamientos de concepto. Tiene que ver con la sonoridad, cuál le va bien a cada canción, por ejemplo a ‘Hola, qué tal’.

En cualquier caso, hay un revival de boleros, que tú llevas haciendo desde los 90.
No te puedo responder a eso. Lo que yo sí sé con respecto a mí es que cuando hice ‘Tacones lejanos’, el hecho de cantar ‘Piensa en mí’ o ‘Un año de amor’ me situó en otro espacio que no había escuchado de mí. Era la dama de la canción, pero nunca había sido un planteamiento. Hice esas canciones porque sabía que las podía interpretar y hacer lo que Pedro quería. Sí sé que cíclicamente van pasando cosas. Ahora apenas hay guitarras eléctricas, yo sí tengo porque me produce sensaciones necesarias, no para el repertorio pasado sino para el actual.

Me ha llamado la atención que te dé pudor llamarte «artista». ¿Qué te puede faltar, en qué te sientes más insegura?
Es mi manera de ser, mi carácter. Para mí artista es Dalí. Como el que es neurocirujano pero no es investigador. Me produce pudor. Que me consideren artista me produce una enorme satisfacción. Yo tengo unas herramientas: mi voz, mis conocimientos musicales, mi posibilidad de plasmar una historia, un sentimiento en una letra. A medida que voy creciendo, voy mejorando. Pero no es modestia. No me considero modesta. ¿Que soy artista? ¡Que me muero! ¿Soy guapa? ¡Qué vergüenza! (risas)

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: luz casal