Emahoy Tsegué‑Maryam Guèbrou, la célebre monja, compositora y pianista etíope, ha fallecido a los 99 años en un monasterio de Jerusalén, en el que residía desde hacía décadas.
Conocida por su estilo de piano dulce pero melancólico, salpicado de «acentos africanos», Emahoy vio su obra reeditada en los últimos años y por tanto descubierta por el gran público. Robin Pecknold, cantante de Fleet Foxes, ha dicho que es la artista que más ha escuchado en su vida.
Nacida en una familia acaudalada de Adís Abeba, Emahoy empezó su formación musical a muy temprana edad. A los 6 años viajó a Suiza a estudiar violín y se enamoró del piano. Después, en los años 30, vivió un tiempo en la isla de Asinara con su familia como prisioneros de guerra. Su formación musical continuó en Cairo y, en su juventud, Emahoy se codeó con la clase alta etíope, incluyendo el emperador Haile Selassie, para el que tocó, y que le ayudó a publicar su primer disco en 1967.
El curso de la vida de Emahoy cambió poco después. Según cuentan las biografías oficiales, Emahoy consiguió una beca para estudiar en el Royal Academy of Music, uno de los conservatorios más prestigiosos de Londres, pero se le negó aceptar la oferta. Emahoy ayunó durante dos semanas y se le practicó la extremaunción cuando «revivió» y tuvo la revelación de dedicar su vida a Dios. Se convirtió en monja y pasó el resto de su vida recluida en un monasterio.
En 2006, el musicólogo francés Francis Falceto editó las composiciones a piano de Emahoy, después que esta decidiera publicar el trabajo de toda una vida. La música de Guebrou ha aparecido en el documental nominado al Oscar ‘Time’, y también en la serie de Netflix ‘Passing’. Emahoy usaba los beneficios generados por su música para ayudar a niños huérfanos de la guerra.