La histeria que recorre las redes sociales llega a niveles insospechados. Las últimas víctimas son la noruega AURORA y su batería Sigmund Vestrheim, a los que un grupúsculo de gente está acusando de afiliación al nazismo por razones de lo más peregrinas.
AURORA acaba de actuar en Brasil y un usuario de Twitter ha percibido señales nazis en la gesticulación de su batería. Según él, Sigmund ha hecho el signo de OK (tristemente asociado a la ultraderecha, se considera un símbolo de odio) en directo. Además, en Instagram ha subido un dibujo en el que aparece una esvástica representada, y su nombre de perfil contiene el número 777, emblema de un partido neo-nazi sudafricano.
Las infundadas especulaciones han sido suficientes para que no pocos fans de AURORA hayan inundado a Sigmund con mensajes de odio. El músico se ha visto en la obligación de defender su honor en un comunicado de Instagram publicado en los stories, en el que aclara que el signo de OK para él no significa más que eso y que 777 es el nombre de su sello discográfico. En cuanto a la svástika, confirma que la dibujó cuando era adolescente y dibujaba «cosas estúpidas».
Tampoco AURORA se ha quedado callada, pues las especulaciones le afectan directamente, y ha negado categóricamente que tanto ella como su batería estén vinculadas a ningún tipo de ideología de extrema derecha. «Es evidente que no apoyo estas ideologías, no hay otra manera de vivir que en nombre del amor y la justicia. Sigmund No apoya las opiniones de la extrema derecha, sus valores son los contrarios a eso, él es una de las personas más buenas que he conocido».
En el comunicado, AURORA critica la facilidad con que las informaciones falsas se propagan por la red y se muestra triste por que la gente malgaste su energía en difamar a otros en lugar de a «exponer la verdadera raíz del odio», añadiendo: «el racismo debe morir, todas las opiniones extremas de este tipo deben morir, el odio debe acabar, y el amor debe prevalecer».
Precisamente AURORA es una artista comprometida con los derechos LGTB: su single ‘Cure for Me’ condenaba las terapias de conversión. El tema está incluido en ‘The Gods We Can Touch‘, uno de los mejores discos de 2022.