La comedia juvenil es uno de los géneros más trillados y que más se retroalimenta de sus propios estereotipos. Se han realizado muchas películas que juegan con ellos expresamente en busca de frescura, haciendo todo lo posible por evitar el estancamiento. En los 90 hay grandes ejemplos de estos como ‘Clueless’, ya convertida en una película de culto, o a principios de los 2000, la boba pero simpática ‘Una rubia muy legal’. La clave para llegar a esto es la autoconsciencia. Saber reírse de sí mismas es fundamental para que el humor funcione, pero también lo es mantener un balance entre eso y lo genuinamente ingenioso.
‘Maravilloso desastre’, la última comedia romántica de Roger Kumble (‘Crueles intenciones’, ‘La cosa más dulce’) es una muestra de que ese equilibrio no es tan fácil de conseguir. Basándose en el best-seller adolescente de Jamie McGuire, la película cuenta cómo Abby Abernathy, una joven exjugadora profesional de póker, deja atrás su pasado en los casinos, harta de saldar las deudas de su padre, para estudiar en la universidad y tener una vida corriente para una chica de su edad.
Su recatada elección de vestuario para el primer día es una falda de colegiala con leotardos, una camisa con todos los botones abrochados con un jersey encima. Acaba de llegar al campus y ella ya quiere estudiar toda la noche, pero su compañera de habitación la convence para ir a una fiesta, donde conocerá a Travis “Mad Dog” Maddox, un boxeador de combates clandestinos del que se quedará prendada, aunque, por supuesto, ella se niega a reconocerlo.
La película se centra en las idas y venidas entre ambos, los malentendidos, el “te quiero, pero te odio” típico de las comedias románticas… Ella es la chica buena y virginal, él el chico malo y bruto que se liga a todas las chicas de la universidad. Lo de siempre, solo que bastante peor.
El problema no son los clichés, ya que la cinta juguetea con ellos y se ríe de ellos, sino que no hay absolutamente nada que no se haya visto mil veces; ni un solo chiste o gag que sea original o que provoque la más mínima de las sonrisas. ‘Maravilloso desastre’ presenta un humor caducado -hasta en los 90, década clave para el género, resultaría rancio- y, sobre todo, alarmantemente machista. En 2023, hacer chistes sobre escotes, erecciones mañaneras y generar situaciones en las que una mujer automáticamente toma la posición de sirvienta mientras los hombres juegan a las cartas, no es precisamente el epítome de la comedia: es bochornoso.
Tampoco ayuda a que nada salga a flote la pobre construcción de unos protagonistas unidimensionales y poco carismáticos, unos personajes secundarios apenas esbozados y una trama tan previsible punto por punto, que ni siquiera se esfuerza en generar la más mínima curiosidad ante lo que pueda suceder. ‘Maravilloso desastre’ es, simplemente, un desastre. Una comedia romántica hecha con el piloto automático, que bajo su apariencia inofensiva esconde una toxicidad en su forma de entender el mundo y las relaciones románticas bastante peligrosa.