Música

BAILEN / Tired Hearts

El desencuentro entre las expectativas de nuestro corazón y la realidad con que lidia nuestra cabeza es el tema principal del segundo disco de BAILEN, el grupo formado por los hermanos Daniel, David y Julia. Hablan estas canciones desde la intimidad de una hoguera, como sucede en el onírico, casi bucólico paisaje del tema titular, marcado como su debut por sus suaves armonías vocales.

Pero BAILEN también tienen un interés medido por el avant pop y muchas de sus composiciones, especialmente los singles, incorporan ritmos ligeramente electrónicos, casi bailables. Es el caso de ‘Nothing Left to Give’, un intento de supervivencia a través de los baches: sé que saldré de esta viva / así que no me impidas intentar disfrutar del camino». O de ‘Here We Are Again’, un tema que recuerda los días pasados de una pareja que ahora ya no tiene nada que decirse cuando se va a la cama.

Fleetwood Mac o Fleet Foxes parecen algunos de los referentes, si bien en este último momento, incluso se acercan al pop bien hecho de Harry Styles. Al fin y al cabo las manos a cargo de la producción y la mezcla son tan experimentadas como las de Brad Cook (Bon Iver, Waxahatchee) y Lars Stalfors (Soccer Mommy, St. Vincent, Local Natives).

Son estas canciones, junto al bajo funk ‘Call It Like It Is’ la excepción que confirma la regla, pues en verdad en el segundo disco de BAILEN predominan las producciones delicadísimas como ‘These Bones’, otro canto a la esperanza sobre curarnos. Sobre todo en la segunda mitad del álbum, donde aparecen confesiones susurrantes como ‘Change Your Mind’, y una pieza sobre la enfermedad de la madre de los miembros del trío. ‘BRCA (Nothing Takes Me Down)’ habla exactamente del gen que Julia comparte con su madre, que sufrió un cáncer de mama.

En ese grupo de canciones, la más impactante es ‘Relic’, una de esas grabaciones en las que BAILEN deciden abrirse. Si ‘Leave Me Wanting More’ incluso había mencionado a un terapeuta, ‘Relic’ deja toda la congoja que se propone desde su sencillez. «No hay nada que pueda hacer para que vuelvas a quererme», plantea, mientras otros fragmentos del texto son más poéticos apelando a que «no hay ni bien ni mal / sólo cosas que hace la gente».

Como para evitar que el disco deje mal sabor de boca o demasiada balada, ‘Tired Hearts’ se cierra en un registro diferente. ‘Hiding’ comienza más influida por las baladas clásicas de R&B de los años 60, pero mutando en medio tiempo al final. Ahí podríamos hablar de soul pop, solo que con la gracia de que BAILEN no han dejado de sonar a sí mismos en ninguno de los detalles.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: BAILEN