Hubo un momento en que la música disco dejó de ser guay. El movimiento «disco sux», entre tintes homófobos y racistas, rompió vinilos de este tipo de música en estadios de fútbol de Estados Unidos en 1979. Pero el disco sobrevivió a través de clubs underground como el neoyorquino Danceteria, donde aquellos sonidos fueron mutando. De la misma manera que Jimmy Somerville sobrevivió en solitario una vez pasado el enorme hype que tuvieron The Communards. De la misma manera que Hercules & Love Affair dos décadas después volvieron a poner la «disco music» de moda en el underground. Y luego Dua Lipa en el mainstream.
Algo parecido intenta ahora Jake Shears, el que fuera cantante en los 2000 de los exitosísimos Scissor Sisters, finalmente separados en una confusa ola de EDM y solistas pop. ‘Last Man Dancing’, su segundo trabajo en solitario, comienza tirando de un montón de arquetipos de la música disco. El modo en que la música te eleva (‘Too Much Music‘), la protesta (‘Do the Television’), la llamada a la acción y al amor (‘Voices’ con Kylie Minogue), el modo en que te puedes encontrar a ti mismo aunque rodeado de extraños (‘I Used to Be In Love’). Las letras utilizan palabras tan comunes en el género como «power» y «soul». Buscan la autoafirmación.
Con cierto permiso de ‘I Used to Be In Love’ y la austera colaboración con Kylie (uno esperaba un hitazo mayor de un featuring de esta envergadura), lo bueno de verdad de ‘Last Man Dancing’ viene en la segunda mitad del álbum. En concreto una vez termina esa canción titular que parece inspirada por ‘Ritmo de la Noche’.
Es entonces cuando Shears dice querer llevarte a «su after particular». Y lo consigue. Antes de que el álbum se cierre con un tema llamado ‘Diamonds Don’t Burn’, que cuenta con la colaboración de Iggy Pop pero suena más bien a Lenny Kravitz o Republica, la segunda parte de ‘Last Man Dancing’ representa una sesión de DJ bastante bien hilvanada.
‘8 Ball’ con Le Chev tiene aún resquicios de ‘Last Man Dancing’ y ‘Ritmo de la Noche’; a continuación Amber Martin exhibe su vozarrón en ‘Devil Came Down the Dance’, ‘Mess of Me’ nos introduce en un delirio de HI-NRG y falsetes, ‘Doses’ con Big Freedia pone los guiños acid, y ‘Radio Eyes’ cuenta con retazos cósmicos y espaciales sobre una base de grandes percusiones. Cuando crees que estás en el cielo, te das cuenta de que la locución la ha hecho Jane Fonda (es amiga suya) y ahí ya todo tiene sentido. «Nos alegramos de que hayas tomado la decisión de unirte a nosotros / Te sentirás reconstruido transformado», plantea esta Diosa. ¿PERO DÓNDE HAY QUE FIRMAR?