Esta semana se ha conocido que Lizzo ha recibido una demanda por parte de tres ex bailarinas que acusan a la autora de ‘Special‘ de acoso sexual, de crear un ambiente de trabajo hostil e incluso de regañar a una de ellas por su aumento de peso, entre otras cosas. Pende de un hilo toda la reputación e imagen de Lizzo, quien tanto ha basado su carrera en la aceptación del propio cuerpo y en el respeto a los demás.
Ahora, Lizzo ha respondido a las acusaciones en un mensaje en el que declara que «estas historias exageradas provienen de antiguas empleadas que han admitido públicamente que su comportamiento durante la gira fue inapropiado y no profesional».
Lizzo, que reconoce «los últimos días han sido increíblemente angustiosos y decepcionantes», porque «mi ética profesional, mi código moral y mi respeto se han puesto en entredicho», defiende su derecho a velar por su propio trabajo y por su arte: «Me tomo mi música y mis actuaciones muy en serio. A veces debo tomar decisiones duras pero nunca es mi intención que alguien se sienta incómodo o sienta que no es valorado».
En la carta, Lizzo alude directamente a las acusaciones de acoso sexual y de bullying que se han vertido contra ella: «No estoy aquí para hacerme la víctima pero también sé que no soy la villana que la gente y los medios me han hecho parecer. Soy muy abierta con mi sexualidad pero no puedo permitir que la gente use esa expresividad para pintarme como alguien que no soy. No hay nada que me tome más en serio en este mundo que el respeto a las mujeres. Sé lo que es que se burlen de tu cuerpo cada día y jamás despediría a una empleada por su peso».
La carta concluye: «Estoy dolida pero no voy a permitir que el buen trabajo que he aportado al mundo sea eclipsado por esto».