‘Sundial’ nos deja una de las producciones más exquisitas que escucharemos este 2023… sólo que de mano de una de las raperas y poetas más incendiarias de los últimos tiempos. Desde Chicago, y a través de la mixtape ‘Telefone’ (2016) y el disco ‘Room 25’ (2019), Noname ha venido revelando unas influencias que comprehenden tanto a gente como Nina Simone y Missy Elliott como a las escritoras Toni Morrison y Patricia Highsmith.
En estos tiempos en que la música pop se está fijando en ritmos diferentes, es una delicia que una rapera de Chicago empiece el que puede ser el gran disco de su carrera con ritmos propios de Antonio Carlos Jobim. Sucede en la maravillosa ‘black mirror’, cuando ya se evidencia que la música de ‘Sundial’, en todo momento amable, cómoda y exquisita en su trato de estilos como el neo-soul, el R&B o el góspel, sin concesiones a la brutalidad de un Kanye o un Travis Scott, queda más cerca del sonido de sus admirados Erykah Badu o Common (que aparece en uno de los temas).
La percusión del álbum es más propia del jazz. Los vientos que asoman en segundo plano por ‘boomboom’, que podría haber dirigido Burt Bacharach, y la sutileza con que se han incorporado carcajadas en segundo plano pueden ser un ejemplo de la estrategia de Fatimah Nyeema Warner. Porque las bases de ‘Sundial’ actúan como Caballo de Troya, como trampolín (o, mejor dicho, tobogán) de unos versos que a menudo interrogan la propia negritud: en el maravilloso góspel de ‘hold me down’ hay una referencia nada amable a Barack Obama y su bombardeo de lo que la artista considera «su propia gente». Cualquiera diría que ella misma está lanzando granadas sobre tan delicada pieza, pero lo está haciendo así de claramente: «First Black president and he the one who bombed us, yeah».
Y aún una producción tan hermosa como la de ‘gospel?’ habla de supremacismo blanco, colonialismo y religión con bastante gracia:
«I’m ‘bout to get these white people caught up in they bed of lies
Webster dictionary cries, colonize native tongue
Missionary, Bible Belt, motherland overrun
My gun heavy, I’m about to unload
This is an ode to Haiti
Mozambique, Martinique, Trinidad, Grenada
Whеrever Black peoplе sleep
Pray for them, pray for me, pray for me, pray for me«.
Contribuyen a la facilidad con que las canciones de ‘Sundial’ pasan por la oreja no solo las enriquecidas producciones de Daoud, Slimwav, o emilR-Kay, por las que pueden asomar influencias latinas (‘boomboom’) o jazz (‘afro futurism’), sino también y, sobre todo, el amable verso recitado de Noname y su decisión de presentar un formato de canción corta (el disco dura media hora) y concisa que actúa en favor del mensaje. Las canciones de ‘Sundial’ son pequeñas cápsulas que, en su gentil y amable disolución, descubren un nutrida -y complicada- perspectiva sobre el mundo que vale la pena escuchar, por incómoda que a veces sea.
La radicalización política de Noname ha venido con sus contratiempos. El club de lectura que ha creado en los últimos años -donde recomienda textos de intelectuales afroamericanos o sobre antirracismo o anticapitalismo- es muy querido por sus seguidores, pero a menudo sus opiniones le han jugado en contra. Sus propios fans le han afeado que incluya un verso de Jay Electronica en su nuevo disco, ‘Sundial’, en el que Electronica hace referencia a su admiración por Louis Farrakhan, un conocido antisemita al que ha mencionado en otros temas.
La respuesta de Noname no ha sido la más lúcida que se podía esperar: en un mensaje cargado de desprecio a su propio fandom («vuestra decepción hacia mí no me puede importar menos, y lo digo con amor» es la frase con menos amor escuchada recientemente), Fatimah Warner ha declarado que “no voy a pedir disculpas por un verso que no he escrito” y ha dado a entender que ha dejado el verso en ‘balloons’ para incordiar a sus fans blancos. Esos que llenan mayormente sus conciertos para horror de la propia Noname.
Noname estuvo a punto de cancelar el lanzamiento de ‘Sundial’ por la polémica de Jay Electronica, pero finalmente el disco ha visto la luz. Hay que celebrar que esto haya sido así porque ‘Sundial’ es un disco cargado de mensajes interesantes y virtudes musicales, dentro de sus contradicciones.
Por un lado, Noname se proclama “hermana socialista” en ‘black mirror’, esa exquisita bossa nova que inauguraba el disco. Por otro, mantiene el verso antisemita de Jay Electronica en ‘balloons’ porque él es su rapero favorito, y punto. Además, ‘Sundial’ sitúa la figura de Noname a la altura de las voces de una generación o genios, tan erradamente humanos ellos como ella misma o como tú.
El mejor ejemplo de esto es ‘namesake’, el tema más importante del disco. En este refinado corte de funk, Noname critica la “propaganda militar” de la NFL citando por nombre a algunos de los artistas que han actuado en la Super Bowl, como Beyoncé o Rihanna, dos artistas que han sido muy críticas con la violencia racial en Estados Unidos. Noname detecta una hipocresía de la que ella misma tampoco ha sido capaz de escapar: en la siguiente línea denuncia el “blanqueamiento” de Coachella a la vez que recuerda que ella ha actuado en el festival “aunque dije que no lo haría”. Nadie es ajeno al sistema, tampoco sus más férreos críticos, y esa es una de las grandes bazas del disco.
Noname está especialmente acertada hablando de las presiones a las que se enfrenta como mujer en la sociedad y en la industria. En ‘potentially the interlude’, que no es ningún interludio, Noname hila una interesante reflexión sobre el “potencial” que muchos ven en ella, haciéndola sentir insuficiente. Se graba a fuego su enorme estribillo: «La gente te dice que te quiere, pero lo que realmente quiere es tu potencial / No la persona que tienen delante, sino la persona en la que te podrías convertir». Y en ‘beauty supply’ busca liberarse de las presiones estéticas, hablando de las pelucas de pelo liso que se ponen muchas mujeres afroamericanas para ser aceptadas en un sociedad mayoritariamente blanca. Son perspectivas interesantes, poco habituales y necesarias, que Noname comparte haciendo uso de un flow nítido más parecido al “spoken word” que al rap, y que hace que te quedes embobado escuchando.