Música

Birdy / Portraits

Birdy se dio a conocer a los 15 años cuando su versión de ‘Skinny Love’ de Bon Iver alcanzó una enorme repercusión, superior a la de la canción original. A la británica no se le acabaron ahí los éxitos y también ‘Wings’, ‘Not About Angels’ o ‘People Help the People’ le daban grandes alegrías, puede que no en las listas de éxitos oficiales, pero sí en las plataformas de streaming, donde sus canciones acumulan cientos de millones de escuchas.

A un piano agarrada, pero capaz también de escribir himnos llenaestadios a lo Coldplay como ‘Wings’, Birdy hacía además uso de una voz simplemente tremenda, propia de una estrella de su calibre. En su nuevo disco, ‘Portraits’, es mágico escuchar su poderosa y dramática voz en un contexto tan inesperado como el pop de los 80, pero a Birdy la reinvención le funciona.

‘Paradise Calling’, el tema que abre ‘Portraits’, es representativo del conjunto: Jasmine van den Bogaerde​ quiso escribir una canción inmediata -un single en otras palabras- y eso es lo que le ha salido, una pieza abocada al abismo, dedicada a la búsqueda de un ideal imposible, que se mira en el espejo de ‘As it Was’ de Harry Styles pero sin obsesionarse. Claro que en el espejo en que se mira Birdy realmente en ‘Portraits’ es el de otra artista británica.

Si es difícil no pensar en Kate Bush al escuchar la voz de Birdy, las canciones de ‘Portraits’ lo ponen más difícil todavía: el emotivo single ‘Raincatchers’ evoca la majestuosidad de ‘Cloudbusting’ usando el mismo tipo de cuerdas tocadas en staccato, además hablándonos también de la pérdida del niño interior; ’Your Arms’ es la típica balada blanca y pura tocada al piano de las que había unas pocas en ‘Hounds of Love’ y las baterías de ‘Ruins II’ no pueden recordar más a las de ese disco. Parecen una copia directamente.

El parecido de ‘Portraits’ a la obra de Kate Bush publicada durante los 80 es tal que puede distraer de la calidad de las composiciones. De hecho, es un alivio cuando llegan las guitarras acústicas de ‘I Wish I Was a Shooting Star’ recordando más bien a David Bowie. El disco, por tanto, no sigue la pauta de Bush de principio a fin, aunque sí lo hace en mayor parte. A veces le sale regular, como en el flojo single ‘Heartbreaker’, pero la mayoría de veces el disfraz convence: ahí está ‘Automatic’ que, colocada al final del disco, rivaliza dignamente con el single principal.

Aunque es casi imposible sacudirse la sensación de que ‘Portraits’ debe demasiado a Bush, perdiéndose su voz auténtica por el camino, y sin que realmente ninguna de estas canciones consigan ponerse a la altura de los clásicos de la autora de ‘Running Up that Hill (A Deal with God)’, aún es posible decir que Birdy presenta un repertorio de canciones muy digno, que en su final con ‘Tears Don’t Fall’ demuestra que también las baladas a medio tiempo de synth-pop se le dan bien.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: birdy