Cine

‘Hermana Muerte’ no asusta pero sí decepciona

No ganó el Goya a Mejor Película en 2017, pero para mí ‘Verónica‘ es la mejor película española de ese año, y una de las grandes películas de terror de nuestro cine en general. Aunque Paco Plaza ya era conocido por la saga ‘REC’ junto a Jaume Balagueró, fue ‘Verónica’ la película que le ganó el respeto en solitario, además de descubrirnos el talento de Sandra Escacena (desaprovechadísima actualmente por alguna razón que no entiendo). Parecía que el director valenciano no iba a volver a ese universo, habiendo estrenado después ‘Quien a hierro mata‘ y ‘La abuela‘, pero ‘Hermana Muerte’ es la particular continuación de esa historia, en forma de precuela.

Con guión de Jorge Guerricaechevarría junto al propio Plaza, ‘Hermana Muerte’ cambia el Vallecas de los años noventa por un monasterio en plena posguerra española, y centra su historia en Narcisa, una novicia que viene precedida por su reputación de “niña santa” por haber presenciado un milagro. Agujeros de bala en las paredes le hacen pensar a Narcisa algo que las hermanas le confirmarán después: que el monasterio fue invadido por milicianos en la Guerra Civil. Hasta ahí, todo “normal”… pero una serie de fenómenos extraños sentidos tanto por Narcisa como por las niñas a las que las monjas dan clase hacen que la joven se pregunte si hay algo (maligno) oculto en ese lugar.

La interpretación de Aria Bedmar como Narcisa es uno de los puntos fuertes de la película. Toda una revelación pues no es muy conocida por el gran público (a los benifans quizás les suene porque estuvo casada con Kenzy Loevett, la líder de Megara), aunque la actriz viene ya de distintos papeles en ‘La Caza. Monteperdido’, ‘Acacias 38’ o ‘El silencio’, la serie de Aitor Gabilondo para Netflix en la que ya coincidió con Almudena Amor, también presente aquí.

La protagonista de ‘La Abuela’, junto a las veteranas Maru Valdivieso y Chelo Vivares, y a la niña Sara Roch, completan el reparto principal de una película que confía mucho en los silencios y en la atmósfera opresiva del convento para inspirar terror. Quizás apuntando demasiado a eso, flojea en el desarrollo de personajes, algo clave a la hora de poder conectar con Narcisa o con las niñas, y que verdaderamente te importe lo que les va ocurriendo, y la mitología que se construye alrededor (que además, y pese al interesante giro de los milicianos, acaba siendo un poco bluf para lo que se ha ido cocinando).

De hecho, uno de los aspectos que la cinta parece querer tratar es la crisis de fe de Narcisa, algo con muchísimo potencial como hemos visto en otras películas de terror religioso (la mismísima saga de ‘El Exorcista’, sin ir más lejos, lo tiene como tema central), pero que aquí no termina de funcionar. Aunque la fotografía de Daniel Fernández Abelló es espectacular, no ayuda a la hora de salir de un tratamiento demasiado frío durante casi todo el metraje, que además desbarra cuando quiere alejarse del “terror elevado” con jumpscares o momentos de más tensión (exceptuando secuencias como la del pastel-ojo o la del Cristo en llamas). Quizás porque la sombra de ‘Verónica’ es demasiado alargada, quizás porque no se decide a la hora de tener un punto más dramático o apostar sin reparos por el terror, ‘Hermana Muerte’ resulta bastante decepcionante.

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Publicado por
Pablo Tocino