Aunque en España no pasa de ser una curiosidad que descubrir dentro de la programación de Primavera Sound, dejando completamente atónito su directo 100% k-pop y coreografiado, Red Velvet es una de las mayores exportaciones pop que ha producido Corea del Sur en la última década. El grupo, creado por la superproductora SM Entertainment (Aespa, F(x), Exo, Shinee, Girls’ Generation), acumula dos singles número en el país, ‘Red Flavor’ y ‘Power Up’, y una decena de epés que también han alcanzado el primer puesto de las listas.
Más allá de Corea, Red Velvet -sus integrantes son Irene, Seulgi, Wendy, Joy y Yeri- ha extendido sus tentáculos internacionalmente de diversas maneras, publicando un álbum completamente cantado en japonés, ‘Bloom’, que ha sido número 2 en Japón; o, adentrándose en el mundo anglosajón, apareciendo en el reparto de la película ‘Trolls’ (2020) o colaborando lo mismo con Chad Hugo de los Neptunes, en ‘Happiness’; que con la fallecida SOPHIE en un remix más loco de lo que probablemente esperas.
La música de Red Velvet no es tan loca, aunque sí es tremendamente estruendosa. Ahí está de ejemplo ‘Psycho’, uno de sus mayores éxitos. Tampoco olvida el efecto de un beat bien producido, como el de ‘Peek a Boo’, aunque, sobre todo, suena inmersa en los diferentes sabores del R&B que puede darnos el pop, siendo ‘Bad Boy’ uno de los mayores exponentes de ese sonido.
‘Chill Kill’, el tercer álbum de Red Velvet, oscurece la propuesta, con resultados más o menos favorecedores. El tema principal, ‘Chili Kill’, agrega matices de dubstep y cascabeles al urban-pop de las coreanas, resultando en la producción más interesante del largo. También es el mejor single, aunque el bubblegum-pop gótico de ‘Knock Knock – Who’s There?’ queda cerca. Después, ‘Underwater’ acierta inspirándose en el R&B futurista de Kelela, e incluye una co-autoría de Lourdiz, una de las invitadas al último disco de Nicki Minaj
.Las melodías se mantienen potentes en la primera mitad de ‘Chill Kill’, no tanto en la segunda. El pop atmosférico de ‘Will I Ever See You Agian’ lucha por quedarse en tu cerebro pero falla en el intento. Las cuerdecillas a lo Halloween de ‘Nightmare’ son atractivas, pero la canción no presenta demasiados alicientes a nivel melódico. ‘Iced Coffee’ es un vals que parece un descarte de Ariana Grande. Y ‘One Kiss’ no puede sonar más anclada en 2014: no seré yo quien diga no a una reivindicación de Jessie J, pero así, no.
‘Chill Kill’ se cierra con la balada ñoña ‘Wings’, salida de la escuela “spread your wings like a butterfly”; y con la atmosférica ‘Scenery’, que, la verdad, es bastante bonita. El tercer álbum coreano de Red Velvet sabe mantener en todo momento ese tono ligeramente siniestro sugerido en la portada; se echa en falta algo más de imaginación en las melodías y producciones, eso sí.