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Rigoberta se arrepiente de ciertas entrevistas y avanza su 2º álbum

Con motivo de su nominación a los Goya y sus últimos singles junto a Julieta Venegas y Pipiolas, Rigoberta Bandini ha concedido una entrevista a El País. De manera simbólica, la charla con Álex Vicente ha tenido lugar en el Ocaña, el bar en honor al performer LGTB+ donde la artista comenzó a actuar hace 4 años.

Rigoberta bromea sobre lo «intensa» que fue cuando anunció su retirada («necesitaba imponer una cronología, marcar el final de una etapa. En eso soy muy cuadriculada») y avanza cómo sonará el segundo álbum que prepara. Dice que tendrá «colores un poco diferentes»: «Me he liado, creo que va a ser un álbum largo, tengo como 45 temas, aunque pocos producidos. Mi manera de componer no ha cambiado, pero quiero jugar con mi voz y no cantar siempre de la misma manera».

De manera sorprendente, la artista no parece muy cómoda hablando con la prensa y afirma: «Los periodistas no sois muy amigos míos. No os tengo mucho cariño. Los que más me habéis dado por culo sois vosotros». En particular afirma que le dolió la polémica sobre si ‘Ay, mamá’ era una canción transfóbica por la referencia a las «mujeres que sangran» y se arrepiente de ciertas entrevistas: “Tal vez tuve que decir que no a más cosas. Soy ingenua en esto, y bastante natural, y me lancé con cada titular sin pensármelo mucho. Es lo que más me ha hecho sufrir. Si pudiera volver atrás, hay entrevistas que no hubiera aceptado. Por eso paré. Fue una manera de decir: “Me retiro, no me toquéis más los huevos. Ahora voy a decir que no a todo”.

También responde a las polémicas sobre si era una pija de Barcelona: “Mis padres han vivido toda la vida de alquiler. Por cuatro detalles se me quiso encasillar. Pero lo entiendo, yo también hago eso con los demás”. Y a sus creencias religiosas: «Me metí en ese jardín yo solita, pero creo que está bien que exista esta voz. La figura de Dios o de lo espiritual se la ha apoderado la derecha. Qué huevos… Lo que tú entiendas por Dios debería ser de izquierdas, porque está más conectado con otra forma de ver la vida. Al venir de contextos conservadores con alta religiosidad, quise poner bombas en esos sitios. Los escombros me explotan en la cara y me duelen, pero no me arrepiento. Es algo que me va a costar cambiar, porque creo mucho en ello».

Respecto a la referencia a Britney Spears de sus últimas letras, rehuye la comparación por edad, aunque no por fondo. «Ser el juguete roto de la industria musical lo vería complicado porque ya me siento muy señora. Pero si hubiera empezado un poco más joven, igual sí. Cuando voy a cualquier showroom no me entra ni una puta talla de las grandes marcas. He parido, tengo 33 años y estoy un poco de vuelta de todo, pero si tuviera 23 acabaría con un TCA como una catedral. No nos lo ponen fácil para estar sanas mentalmente”.

Podcast con Rigoberta Bandini (finales de 2022):

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Publicado por
Sebas E. Alonso