Música

Hurray for the Riff Raff / The Past Is Still Alive

«Quiero transmitir la verdad de las dificultades por las que todos pasamos. Y quiero decir la verdad sobre mi determinación por experimentar esta vida en todas sus facetas. La vida también puede ser maravillosa». Con estas palabras, Hurray for the Riff Raff nos hablaba en 2022 de la luminosidad en sus composiciones, incluso en tiempos amargos. Poco después, Alynda Segarra se enfrentaba a la grabación de este nuevo álbum tras conocer la muerte de su padre, un veterano de la guerra de Vietnam con quien no se crio pero sí influyó en su desarrollo como persona, apareciendo incluso en la portada de uno de sus discos o en el videoclip de ‘Pa’lante’.

El noveno álbum de Hurray for the Riff Raff se llama ‘The Past Is Still Alive’ y en él encontramos canciones tan encantadoras y desenfadadas como sombrías y bellísimas. ‘Vetiver’ y ‘Dynamo’ suenan casi abiertamente pop. ‘Buffalo’ y ‘Hourglass’, mucho más tristonas. Lo que las une no es su estado de ánimo, sino esa sensación de «verdad» de la que nos hablaba Alynda.

La historia de Segarra huyendo de casa tras las malas notas obtenidas en el colegio, colándose en trenes para viajar, introduciéndose en la escena punk o en la cultura queer estadounidense desde los 13 años, ha sido contada varias veces a lo largo de esta década y media de carrera. Pero pocas veces ha sido narrada con la riqueza, la fidelidad a la realidad y el detalle de ‘The Past Is Still Alive’. Fiel a artistas como Woody Guthrie, Allen Ginsberg y a la generación Beat en general desde siempre, dice ahora que casi no considera poéticos los textos de este disco, porque a menudo son una mera enumeración de recuerdos. Una mirada al pasado tan solo para celebrar lo aprendido o, sencillamente, lo vivido.

Casi todas las entrevistas y textos promocionales del álbum hablan de cómo ‘Hawkmoon’ cuenta su primer encuentro con una mujer trans cuando tenía 17 años, o de cómo ‘Colossus of Roads’ es un homenaje a la comunidad queer, en especial a las personas que murieron en el tiroteo del Club Q de Colorado. Pero hay muchos más detalles. La primera es una buena canción de rock que nos habla de alguien que duerme en un autobús todo el día, se «bebe la quinta antes de las 3 de la tarde», viaja con carnet falso… y ahora lamenta «haberse convertido en la chica que le habían advertido». La segunda, más política, quiere «decir adiós a América, verla disolverse», antes de culminar con un deseo de inocencia eterna.

En contra de lo que explica Alynda sí hay un carácter poético en estas 10 composiciones, por ejemplo en esa ‘Snake Plant’ que nos recuerda a los amigos que han caído, que nos habla de la guerra dentro de la gente o de cómo el fentanilo está destruyendo vidas. O en ‘Alibi’, que abre el disco proponiendo que «no tenemos que morir si no queremos». O en esa colaboración bellísima con Conor Oberst que es ‘The World Is Dangerous’. «Tus sueños no son tus sueños. Solo son visiones de lo que necesitas. No eres la persona que creías que serías, pero aun así te quiero», parece decirse a sí misma.

Es esta una de las canciones más hermosamente arregladas junto al productor Brad Cook, de la misma manera que la casi final ‘Ogalalla’ se beneficia de unos tímidos arreglos de cuerdas y distorsión al final del largo. Solo antes de que escuchemos un par de mensajes del padre de Alynda en ‘Kiko Forever’.

‘The Past Is Still Alive’ es un álbum precioso que no sé si atreverme a situar bajo el paraguas de la «Americana» porque Alynda rechaza tal término por la desvinculación política que suele conllevar, y por sus orígenes portorriqueños. Sin embargo, en este entorno tan proclive para el country, Hurray for the Riff Raff se anota el tanto de haber dejado de lado a tiempo los sintetizadores y los experimentos fallidos de su disco anterior, para volver a sus raíces, solo que en una versión mucho más depurada. Suena a la Jenny Lewis después de Rilo Kiley, al Adam Green después de Moldy Peaches. Y eso solo puede ser un enorme cumplido.

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Publicado por
Sebas E. Alonso