Cine

‘American Fiction’: negro es mi destino y no lo puedo evitar

“He hablado mucho sobre la cantidad de personas que no quisieron hacer esta película, y ya no soy una persona vengativa, he trabajado muy duro para dejar de serlo, así que esto es más bien una petición. Una petición para reconocer que ahí fuera hay muchísima gente que querría tener la oportunidad que se me ha dado a mí: el próximo Scorsese, la próxima Greta, el próximo Nolan, están ahí fuera, solo quieren una oportunidad. Entiendo que ésta es una industria con aversión a los riesgos, pero, en lugar de hacer una película de 200 millones, intentad hacer veinte de diez millones, ¡o cincuenta de cuatro millones!”. Si el discurso de Cord Jefferson recogiendo el Oscar a mejor guión adaptado por ‘American Fiction’ no acabó siendo el mejor de la gala fue porque estuvo el de Jonathan Glazer (denunciando la hipocresía de quienes alaban su película mientras ignoran el genocidio en Gaza), pero desde luego tuvo sentido esa reivindicación por parte de alguien a quien, efectivamente, le dijeron “no vamos a hacer esta película” muchas veces.

‘American Fiction’ supone el debut de Cord Jefferson en la dirección, ya que hasta ahora había sido guionista de series como ‘Watchmen’ (por cuyo guión se llevó el Emmy), ‘Master of None’ o ‘The Good Place’ y, antes de eso, periodista (escribía en medios como USA Today, y llegó a ser editor en Gawker). Jefferson quería adaptar la novela ‘Erasure’ de Percival Everett, y el proyecto no parecía interesar demasiado… un poco lo que le ocurre al protagonista del libro y de la película, Thelonius “Monk” Ellison. Monk es un escritor y profesor universitario al que acaban de invitar cordialmente a tomarse un tiempo libre, después de numerosas quejas de alumnos ofendidos; la última, una alumna (blanca) que abandonó la clase llorando después de que Monk escribiese en la pizarra “nigger”. “The N word!!!”, denuncia ella entre lágrimas en un momentazo nada más empezar la peli, y que recuerda a cierto “es esencial escuchar a las voces negras” que veremos más adelante.

El nuevo horizonte laboral de Monk hace que se plantee con su editor sacar otro libro, pero uno que la gente realmente compre, y ahí es cuando nuestro protagonista se indigna al ver que el best seller del momento es un “relato crudo” sobre la dura vida de los afroamericanos en el ghetto escrito por una chica afroamericana, sí, pero de clase alta y cuya vida bohemia dista bastante de las personas a las que quiere “representar y dar voz”. A Monk esto le saca de sus casillas porque las editoriales le dicen que sus libros no son “lo suficientemente negros” y, a la vez, en las librerías encuentra cómo un thriller escrito por él está en la sección de Estudios Afroamericanos, así que decide escribir una especie de Quijote al respecto. Envía una colección de clichés llamada ‘My Pafology’ (en lugar de ‘My Pathology’) a las editoriales bajo un pseudónimo, con la intención de reírse de la industria… pero la industria se toma en serio el libro, y éste se acaba convirtiendo en un exitazo, le piden los derechos en Hollywood, etc.

El problema de ‘American Fiction’ es que esto que os hemos contado, la sátira, es una de las dos películas que contiene; quiere ser eso y a la vez un drama familiar, y quizás podría serlo, con la crisis de mediana edad de su protagonista como pegamento, pero tendría que estar mejor resuelto. Y desde luego lo que se está vendiendo (desde el mismo trailer) es solo la sátira. Se ven las costuras por ejemplo con la banda sonora de Laura Karpman, un tanto plana y fuera de lugar para la primera peli, pero bastante más en tono para la segunda.

Como decimos, en esa “segunda peli” cuesta más entrar, pero tiene un buen seguro en su reparto: Jeffrey Wright y Sterling K. Brown (aunque hay un melón con su personaje) fueron justamente nominados a los Oscar, pero es estupendo también el trabajo de Tracee Ellis Ross, Erika Alexander o Leslie Uggams, además de personajes más relacionados con la parte de sátira como los de Issa Rae o Adam Brody (necesitamos ver ‘Aniquilación en la Plantación’). Y sí, esta parte de sátira funciona como un tiro: las relaciones entre la identidad y la clase social, el concepto de culpa blanca, el statu quo cultural o la burbuja en la que viven muchas personas consideradas de izquierdas son algunos de los temas que aborda ‘American Fiction’, que, sorprendentemente, cuenta entre sus defensores con gente que habla de cómo el “lobby woke” va a por sus hijos, y con gente que dice que no existe lo woke. A la vez.

Y lo gracioso es que paradojas como ésta se apuntan en la propia peli. Como bien dijo Paloma Rando, si ‘American Fiction’ hubiese ganado el Oscar a mejor película al que también estaba nominada, esto habría ido contra la propia peli… o quizás habría reforzado aún más su discurso. ‘American Fiction’ es, en definitiva, un buen retrato de la actualidad, aunque no funcione tan bien cuando quiere cubrir la forma en que esa actualidad (y esa hipocresía) afecta a sus personajes, más allá de a su protagonista. Está disponible en Prime Video, ya que en nuestro país no se ha estrenado en cines.

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Publicado por
Pablo Tocino