Música

Venturi / Comida rápida

Venturi llega a su tercer disco en estupenda forma. El grupo madrileño formado Daniel Durán (voz), Carlos Pérez (bajo), Lucas Olazabal y Jonás Batuecas (ambos guitarra y batería) se ha dado a conocer en los últimos tiempos gracias a su single ‘Darveider’, que supera el millón de escuchas en Spotify, y en ‘Comida rápida’ entrega unos cuantos hits potenciales que seguirán animando sus directos.

Y no solo sus directos. Las canciones de Venturi -y ‘Darveider’ es el ejemplo perfecto- son garajeras y sobre todo divertidas y pegadizas. Si los Strokes e Iggy Pop influyen a Venturi en algo, no es solo en el sonido de sus guitarras. Se nota que el grupo mima las composiciones y que entiende que también la rítmica de una letra bien escrita, puede ser un gancho en sí mismo.

Esto es evidente en el single ‘Fat Toni’ y en la manera en que las rimas de la letra se van sucediendo raudas y cómicas en torno a dos personajes, Toni y Sara, y a un tercero, el narrador, víctima de su engaño. En el balazo punk de ‘Quesquesé’ las referencias a un “hombre metido en un cajón”, al Everest o al ‘Quién es quién’ van despachando rimas igualmente pegadizas a pesar de -en ocasiones- rozar el absurdo.

Es un absurdo deliberado, porque las canciones de ‘Comida rápida’, si están escritas tan rápido como uno se come un kebab, no lo parece. Las de ‘Comida rápida’ son composiciones directas e inmediatas, pero no esbozadas. Todo lo contrario. Las canciones son sólidas y las melodías indelebles.

‘Ser cruel’ es un inicio excitante a más no poder, la acelerada ‘He visto que estás bien’ no puede ser más Strokes en el mejor de los sentidos; ‘La noria’, más que ídem, es una montaña rusa, y el grupo se gana a pulso escribir su propio himno “lololo” a lo Carolina Durante en ‘Te conozco bien’, otra de esas canciones “me caes muy mal” que tan bien se le da al ahora cuarteto.

Solo la electrónica ‘Safari’ no se sabe muy bien qué pinta en un disco que lleva por bandera las guitarras del punk neoyorquino de los años 70 y 80 después revitalizado en los dosmiles. Supongo que Venturi ha querido cerrar el álbum ofreciendo una textura diferente, pero aquí lo que funciona de verdad son las guitarras, la voz del frontman, Daniel, tan carismática, y las letras. ¿Comida rápida? Sí, y de la buena.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: venturi