Más de 25.000 asistencias, sumando viernes y sábado, consolidan la propuesta del madrileño Tomavistas en un nuevo espacio. El párking de la Caja Mágica puede no tener las «vistas» del Tierno Galván, pero sí la de otros parques de Madrid, y sobre todo no es ese carámbano llamado IFEMA. Hay que destacar, por si no es evidente a primera vista, que Tomavistas sobrevive apostando por talentos diferentes a los de otras citas. En su cartel no verás a Vetusta Morla, ni a Love of Lesbian, ni a Viva Suecia ni mucho menos a Arde Bogotá. Su esencia es la reivindicación de artistas más arraigados en el indie original, y de ahí que su gran baza fueran Los Planetas en la primera jornada, y Belle & Sebastian o The Jesus and Mary Chain en la segunda.
Antes de los de Stuart Murdoch pudimos ver la presentación de Hurray for the Riff Raff. El proyecto de Alynda Segarra se enfrentó a dos trabas: el sol de media tarde, duro de sobrellevar en la mitad del escenario donde no caía sombra; y la prueba de sonido de Aiko El Grupo. Alguien decidió que era buena idea que estos probaran sus baterías y guitarras eléctricas a tope, mientras en el escenario perpendicular había un concierto de suave música country. Antes de su irrupción pudimos disfrutar de maravillas como ‘Buffalo’, que sonó en segundo lugar. Lo de la segunda mitad del show ya dependía de tu propia capacidad de concentración.
El concierto más emotivo de Tomavistas pudo ser el de Belle & Sebastian. Siempre es un placer reencontrarse con ellos, y más en un entorno como este, a plena luz del día, y con el público más o menos atento. No faltaron sus conocidos ases en la manga, y no me refiero a un setlist que ellos siempre van cambiando de concierto a concierto, sino a ese momentazo en que suben al escenario a su público. Es precioso ver a sus seguidores bailar siempre guardando las formas y las distancias, respetuosos con los saltitos particulares de Stuart Murdoch, que no olvidó su icónica camiseta a rayas.
‘Another Sunny Day’ sonó especialmente pertinente, ‘Get Me Away from Here, I’m Dying’ preciosa, y me emocioné sobre todo con la recuperación de ‘Sleep the Clock Around’. Si les hubiera dado por tocar ‘I Fought in A War’, ya me habría podido morir allí mismo. Mención especial para ese momento en que Murdoch se lanza al público y trata de caminar sobre una barandilla. Muy arriesgado, pero como veis, el humor es importante en Belle & Sebastian.
Cariño se beneficiaron del encanto que tiene siempre tocar cuando está a punto de anochecer, en un concierto entretenido y hace rato consistente en base a sus hits. Cuando ya era de noche The Jesus and Mary Chain
hicieron rugir su sonido shoegaze, sin descuidar la interpretación de su hit ‘Just Like Honey’. Cuánto sentido habría tenido que salieran antes o después de Los Planetas el día anterior.La fiesta llegó con Alizzz, que habló de la especial relación que tiene con Tomavistas. Hace un par de años realizó aquí una de las primeras presentaciones a lo grande de su debut, y ahora sucede lo mismo con su segundo disco, ‘Conducción temeraria’. Conociendo Rusia fue el único featuring del concierto, interpretando el nuevo single ‘En tu casa o en la mía’, pero Cristian Quirante Catalán se basta y se sobra él mismo para afrontar canciones conocidas por sus voces invitadas. ‘Ya no vales’ no echó ni un poquito de menos a C. Tangana y ‘Amanecer’ y ‘El encuentro’ sobrevivieron sin Rigoberta Bandini ni Amaia.
El impacto entre la gente de ‘Despertar’ y ‘Dónde estás?’ es casi equiparable al de ‘Ya no siento nada’, aunque el momento más bonito fue ese en el que Alizzz hizo a miles de personas canturrear que “vamos a buscar… tiene que haber algo más” en ‘Todo me sabe a poco’. También tiene mucho mérito hacer cantar a miles de madrileños que “Rosalía y Estopa son del Baix Llobregat”, como si supiéramos qué significa eso exactamente.
Cerraron Tomavistas Phoenix, que no defraudaron como cabeza de cartel, en base a unas proyecciones cucas, a veces muy obviamente ideadas en Versalles, de donde procede la banda, y al carisma e identificativa voz de Thomas Mars. El grupo se deshizo enseguida de ‘Lisztomania’, metiéndose al público en el bolsillo, y a su lado luego no deslucieron temas de discos posteriores como ‘Ti amo’ o ‘After Midnight’. Cundió el pánico porque el grupo acababa de tocar ‘If I Ever Feel Better’ en 7º lugar en su último concierto, pero en Madrid la reservaron para el tramo final. Un tema que dijeron haber escrito hace 25 años pero para el que no ha pasado el tiempo.
Decía la frase más sonora de aquella canción «siento el caos a mi alrededor», pero en Tomavistas sonó ordenada y disciplinada. El festival, que ha logrado que el Metro abriera hasta las 3.30 de la madrugada, había ofrecido una organización ejemplar. Ni colas en barras, ni baños, con el plus de haber incorporado al menú del día vino rosado bien frío. Un acierto que esperamos ver replicado en más festivales.