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Mabel: «Gran parte de mi valor se pone en mi apariencia física»

Mabel es una superestrella, especialmente en el Reino Unido. Una fama que se ha cimentado en el éxito estratosférico de ‘Don’t Call Me Up’ y álbumes como ‘High Expectations’ y ‘About Last Night…’ Su pop con R&B, por eso, amenaza con quedarse solo en el R&B, si hacemos caso a su nuevo single ‘Look at My Body pt II’, con featuring de Shygirl y que lanzó en mayo. Para hablar de este combativo single y la próxima nueva música de Mabel, quedamos en su hotel, el jueves 30 de mayo, cuando quedan pocas horas para el inicio del Primavera Sound.

Todo es de una profesionalidad impecable: Mabel llega puntual, nos sentamos y vamos directas al grano. Solo disponemos de 20 minutos, pero es que pillo a Mabel en plena vorágine, ya que hizo doblete en el festival. La noche anterior a la entrevista, el miércoles 29, tocó dentro del Primavera a la Ciutat en la sala Laut: “El sitio era pequeño. Íntimo. Fue bonito ver la cara de la gente. Me lo pasé muy bien. Había mucho amor en la sala”.

Y al día siguiente, el viernes 31, en un show eminentemente musical: “Tengo dos coristas y una banda increíble. Es mucho más musical que mis shows anteriores. No hay bailarines. Ahora mismo me estoy enfocando en la banda, en la parte musical de los shows, porque en mi nueva música va a haber muchas influencias de R&B, que quería llevar al directo. Así que hay mucha energía igual, pero creo que [los shows] van a ser más libres de lo que eran antes”.

¿Vas a sacar ya nuevo disco?
Estoy trabajando en ello. Aún no puedo hablar todavía de un disco como tal, pero hay mucha música de camino, ya preparada. Me lo tomo como un reto diario, pero estoy entusiasmada con poder ofrecer cosas a la gente de manera regular, porque ha pasado mucho tiempo, como dos años, desde la última vez que lancé algo de música propiamente dicha.

Precisamente, vi en tu Instagram que te habías tomado una larga pausa en tu carrera, justo cuando estabas en el punto más alto. ¿Sentías que necesitabas descansar?
Es gracioso que, cuando consigues las cosas con las que siempre has soñado, da igual cuántas veces te lo hayas imaginado, cuando es real puede ser abrumador. Cada día me encontraba con montones de grandes oportunidades, de grandes escenarios, de entornos con mucha presión para los cuales creo que no estaba mentalmente preparada. Pasé por ello. Lo hice lo mejor que pude. Pero sin duda necesitaba un poco de tiempo para relajarme y descubrir qué quería hacer a continuación. Porque creo que cuando hay tanta gente a tu alrededor, tantas voces, tu opinión se puede perder. Y necesitaba algo de silencio para escucharme a mí misma. Por supuesto, continué haciendo música durante este parón. Fue más bien: “durante una temporada no quiero salir a cosas, no quiero dar conciertos. Quiero concentrarme en hacer de nuevo música que me haga feliz”.

Acabas de decir que dos años es demasiado tiempo, pero es que yo soy de otra generación (risas). Y veo que ahora, las estrellas del pop, les artistas, nos tienen que dar novedades cada pocas semanas… Personalmente, ¿sientes esta presión?
¡Por supuesto! Llevo haciendo esto desde hace 10 años y, desde que empecé, las cosas han cambiado mucho. Antes era normal tomarte una pausa de dos años, incluso de tres. Ya sabes: haces un disco y tus fans están aún ahí esperándote. Ahora creo que hay sobresaturación. Hay muchísimos artistas, hay música nueva todo el rato. Tienes artistas de TikTok. Se supone que ahora debemos ser también influencers, básicamente. Y todo va más rápido. Soy todavía una artista a la que le gusta crear discos. Me gusta contar historias, me gusta descubrir cómo va a transcurrir la historia: ¿cuál es el hilo conductor? ¿Cuál es la secuencia de mis canciones? Pero indudablemente dejo que algo de presión se me meta en la cabeza. En plan: “oh, han pasado ya dos años y a nadie le va importar, porque hay tantos artistas nuevos”… Y me siento como que estoy empezando de nuevo. Pero para mí [la pausa] fue la mejor decisión que nunca he tomado.

«Cuando hay tanta gente a tu alrededor, tantas voces, tu opinión se puede perder. Y necesitaba algo de silencio para escucharme a mí misma»

¿Crees que esta presión es buena para los artistas jóvenes?
No. Creo que esa presión que se pone en los artistas jóvenes, en los músicos y jóvenes y bueno, en los músicos en general, es para seguir un algoritmo. Pero es que somos creativos, y al final del día necesitas hacer lo que te hace feliz, no seguir un algoritmo. Para para los artistas en general está bien poner límites y decir: “yo no trabajo así”. Tienes que funcionar de manera que te sientas cómoda. Hasta hace dos años yo era así: “buf, ahora tengo que hacer esto y esto otro”. Pero son cosas que ni te sirven ni te hacen feliz. Si no son el tipo de cosas que no toleras como artista, pues no las hagas. Por ejemplo, anoche quizás había 50 o 100 personas, fue un concierto muy, muy pequeño. Pero para mí toda esa gente era la gente a la que yo importo realmente, me sentía como en una sala de 7.000 personas, porque esas eran las personas que, después de dos años, aún vienen y quieren escuchar mi música. Y eso es lo que realmente importa.

El single ‘Look at My Body’ suena mucho a R&B clásico de finales de los 90, incluso a hip hop de aquella época. ¿Esa era la idea? ¿Era el sonido que querías conseguir?
Sí. Cuando empecé a hacer música, estaba muy influenciada por el R&B y el hip hop de los 90 y los dosmiles, era la música que estaba haciendo de manera más libre, antes de tener opiniones o ideas. Así que cuando volví a hacer música de nuevo, era una de las cosas a las que volví: a escuchar mi vieja música, a escuchar las playlist que escuchaba entonces y fue como: “quiero volver a esto, pero lo voy a refrescar para que se ajuste a quién soy ahora”. Pero también quería volver al espíritu de quién era yo cuando hacía esa música, tan libre. Y volver a esas voces. Creo que el R&B de los 90 y los dosmiles fueron los mejores para las capas de voz y las armonías, estaba muy obsesionada con eso. Quería que ‘Look at My Body’ tuviera eso, que prácticamente se pudiera rapear por encima. Puedes notar que hay algo de rabia y frustración simplemente escuchando la percusión. Así que pasé mucho tiempo concentrándome en la percusión y las voces de todos esos discos.

«El R&B de los 90 y los dosmiles fueron los mejores para las capas de voz y las armonías»

El tercer disco es el más complicado. Ya sabes, el de consolidación. ¿Te preocupa?
Pasé una época difícil haciendo mi segundo disco, porque sentía mucha presión. Después del primero, era en plan “esto está yendo hacia algún sitio” y me puse mucha presión encima, perdí la parte divertida. Pero ahora hacer música ha sido una experiencia divertida. He estado componiendo con mi hermano mayor, hemos hecho toda la música juntos y ha sido el proceso compositivo más fácil del que nunca he formado parte. Simplemente surgía de mí. Como si mi alma hubiera estado esperando tener el espacio para ser capaz de salir.

‘Don’t Call Me Up’ tiene más de mil millones de escuchas en Spotify. ¿Es el récord a batir o no estás obsesionada con las cifras?


Intento estar menos obsesionada con los números. Antes siempre los estaba mirando y ahora es como que son cosas que trato de apartar y ser feliz. Pero por supuesto, soy competitiva. Me encantaría tener una canción que fuera más grande que ‘Don’t Call Me Up’, pero nunca a expensas de hacer algo que no ame o que no soporte. Para mí es bastante más importante sacar canciones que signifiquen algo para mí, como ‘Look at My Body’, y si una de esas canciones despega, pues sería fantástico. Pero ya no voy a poner nunca más mi importancia y mi valía en eso, porque entonces siempre lo estás persiguiendo. Estoy trabajando en estar más positiva y tranquila sobre esto. Pero si sucede, sería muy feliz.

«Me encantaría tener una canción que fuera más grande que ‘Don’t Call Me Up’, pero nunca a expensas de hacer algo que no ame o que no soporte»

Fue un éxito gigantesco. ¿Te lo esperabas?
Fue algo totalmente diferente para mí porque, hasta ese momento, solo había hecho R&B y afroswing, que es R&B mezclado con influencias de afrobeat. Y esta era un tipo de canción muy diferente para mí, era más bien una canción pop. Estaba asustada por lo diferente que era. Pero no tenía ni idea de que iba a ir como fue. Viví el año más loco el año que salió. Cambió mi vida y nada volvió a ser igual. Estas experiencias son geniales, pero no son la parte más importante de lo que hago. Para mí, actuaciones como la de anoche, o la de mañana, esas son las razones por las que hago lo que hago: ver a la gente y conectar con ella. Es lo que amo hacer.

‘Look at My Body’ es una canción muy activista. Parece que condenas la mirada masculina tóxica sobre las mujeres, esa que nos ve como objetos y nos empequeñece. ¿Esa era la idea?
Sí. Llevo en esto diez años y siento que gran parte de mi carrera, mi importancia y mi valor, como mujer han sido puestos en mi apariencia física, cuando en realidad pienso que tengo muchas más cosas mejores que la manera en que voy vestida. Creo que soy una buena compositora. Creo que soy lista. Creo que soy divertida. Creo que soy atenta, ¿sabes? Pero, por alguna razón, esa es la cosa: si pierdo o gano peso; si llevo un top que me transparenta los pechos. Es siempre: “oh, se fue del concierto enseñando las tetas”. Solo estoy haciendo lo mío. Solo es un chaleco que me he puesto. Pero es que es siempre igual. Y me apetecía hablar sobre la frustración que me provoca eso. Y también traer mi poder de vuelta, porque la gente siempre va a hablar de eso. Los hombres siempre van a comentar y ver las cosas de una manera hipersexualizada, pero déjame hacerlo en mis términos, déjame reclamar mi poder y entonces, bueno, pues comenta. Sé lo que está pasando y me lo cuestiono, porque no es solo con las artistas y las personas que están en el centro de atención: es con las mujeres en general. Hay mucha obsesión, especialmente en las redes sociales. Veo a mis sobrinas pequeñas y a mis primas mirando estándares de belleza poco saludables, y presionándose a ellas mismas para ser de cierta manera. Y eso es algo de lo que quiero hablar. Y lleva siendo así desde hace siglos.

Básicamente lo que digo es que tú siempre vas a mirar. Pues mira, pero yo voy a hacer lo mío y ganando dinero. También es sarcástico: “esta soy yo. Siempre vais a mirar, siempre vais a hablar. Pero ahora lo vais a hacer bajo mis condiciones”.

Vale, es que ese último verso me descolocaba un poco: “You can keep watchin’ if you want to” (“puedes seguir mirando si quieres”).
Mírame, que no me va afectar. Incluso cuando empecé a hablar de la canción y enseñar algunas de las imágenes, al momento había hombres comentando, diciendo cosas horribles sobre mi cuerpo o llamándome puta. Ha sido un buen experimento sobre esto de lo que hablo: habéis venido aquí y estáis haciendo justo lo que dice la canción. Ojalá no fuera así, pero lo es.

¿Pensaste en Shygirl inmediatamente para la colaboración?
Sí. De hecho, la conocí aquí en Barcelona, en el Primavera Sound de 2022. Soy una gran fan, estuvimos viendo cada una el concierto de la otra. Nos conocimos, pasamos el rato juntas, y yo sabía que quería hacer alguna cosa con ella. Y cuando escribí ‘Look at My Body’, quería de verdad que a ella le llegara la canción como me llegaba a mí. Así que se la envíe y ella fue como “me encanta, hagámoslo”. Vino al estudio y compusimos juntas. Ella es una música muy especial. Soy muy fan y además es una intérprete fantástica. Vino y grabamos el vídeo también aquí en Barcelona.

¿Y cómo es que lo rodasteis aquí?
Porque hay un segmento específico en el vídeo, cuando soy una estatua… Básicamente, mi idea del vídeo, la del director creativo, era tirar siglos hacia atrás, al principio de los tiempos desde que el cuerpo de la mujer ha sido hipersexualizado. En uno de ellos soy una estatua, como una obra de arte, un bodegón. Hay una escena en que estoy en una habitación con hombres a mi alrededor mirándome mientras soy la modelo de un bodegón, y quería una luz muy concreta, una especie de mansión, pero tenía que ser antigua y de un tipo muy concreto. Vine aquí en febrero. La luz y todo era mejor aquí que en Reino Unido, aunque aún hacía frío, pero teníamos esas localizaciones estupendas, esa casa concreta… estoy tratando de recordar dónde era, pero era preciosa. Nunca había visto nada igual, pero es que encima además teníamos la mejor luz. Y el equipo de aquí fue increíble. Y la comida del set mucho mejor que la que vas a tener en Reino Unido (risas). Pasamos un rato genial, pero también fue mucho trabajo. Hubo como 27 atuendos distintos en dos días, el equipo trabajó sin descanso. Fue una locura, pero muy divertido.

Tu primer disco se llamaba ‘High Expectations’. No sé si era una broma sobre el hecho de que tus padres son Neneh Cherry y Cameron McVey. ¿Crees que precisamente por esta herencia, el público y la crítica podemos ser más exigentes contigo o es algo a lo que no le das importancia?
No. Cuando empecé a sacar música, era algo que tenía en la cabeza. Pero creo que cuando muestras que tienes tu propia voz, tu propio talento, que la música estaba a mi alrededor mientras crecía… fue algo que tenía que pasar. No creo que a nadie le regalen nada, te lo tienes que trabajar. Pero sí, sin duda forma parte de esto de las grandes expectativas. Tengo grandes expectativas sobre mí, como otra gente también las tiene sobre mí. Tengo grandes expectativas sobre mi futuro. A veces creo que he actuado bien y que lo he hecho bien en la vida. Pero a veces esas grandes expectativas pueden ser demasiado. Tengo grandes expectativas en mis relaciones, en la gente que me rodea, que se ajuste mucho a quién soy como persona. Siempre he sido así. Muy crítica.

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Publicado por
Mireia Pería
Tags: mabel