Ver a Katy Perry interpretando este supuesto “himno feminista” con alarido autoafirmativo final, da tanta cosa como ver a su marido Orlando Bloom encarnando a un héroe de acción en la recién estrenada ‘Pacto de sangre’. Es como si se hubieran puesto de acuerdo: vamos a hacer la canción y la película más simplista, desfasada e involuntariamente paródica del año.
El videoclip que ilustra la oportunista ‘Woman’s World’ es tan sutil como la letra: un desfile de iconos del feminismo que parecen sacados de un collage de cartulina hecho por unos niños de primaria. Comenzamos con Rosie la Remachadora sentada en una viga como en el clásico de la fotografía ‘Almuerzo sobre un rascacielos’ (Charles Clyde Ebbets, 1932), seguimos con unas trompas de Falopio colgadas en una monster truck a modo de ambientador de pino y terminamos con un trípode con el que faltaba, el símbolo de Venus, que la cantante enarbola como un monje fanático blandiendo una cruz en las Cruzadas.
Entre medias, vemos algo así como un espectáculo de strippers con pretendido discurso empoderador. Una suerte de show para despedidas de soltero con chicas disfrazadas de trabajadoras sexis -con martillitos de Swarovski y, uh, succionadores de clítoris-, de muñeca hinchable convertible en mujer biónica y de camionera forzuda como del Medio Oeste (interpretada por la influencer Trisha Paytas). Una mezcla de referentes pretendidamente satíricos que funcionan como una camiseta “graciosa” con mensaje, ideal para vestir un discurso que resulta más postizo que esos repartidores enrollándose en pleno accidente de tráfico.