Música

Benson Boone /  Fireworks & Rollerblades

Entre los pocos lanzamientos por encima del millón de copias en 2024, el debut de Benson Boone. Paradójicamente, ni una sola crítica del disco aparece en su Wikipedia, y las pocas que se han escrito, por ejemplo en AllMusic, son escuetas. Es como si haberte popularizado en TikTok fuera ya definitivamente el antónimo de resultar interesante para la prensa tradicional. ¿Estamos cruzando todos los límites del absurdo? ¿Hay que recordar los virales tan chulos que han tenido en la plataforma todo tipo de artistas, desde Doja Cat a Fleetwood Mac, pasando por PinkPantheress? El muchacho, al menos, cita entre sus influencias a Billy Joel, Aretha Franklin y Stevie Wonder, no solo a Adele y a Sam Smith.

Porque popularizarte en TikTok no es mucho peor que haberlo hecho en MySpace, en una playlist patrocinada de Spotify o en la radio mediante payola, Benson Boone viene para demostrar que tiene algo que decir. Esa fue su intención cuando abandonó American Idol en 2021 porque el formato no le representaba. Con tan sólo 22 años -21 en el momento en que este álbum vio la luz la pasada primavera-, habla en ‘Fireworks & Rollerblades’ de sus ganas de amar, de su miedo a que le salga mal, de la muerte de su abuela y, finalmente, en el último tema, de la liberación.

Los singles del álbum saludan desde lo más alto de las listas actuales. Tanto ‘Beautiful Things’ como ‘Slow It Down’ -o antes ‘In the Stars’ y ‘Ghost Town’- han arrasado. ‘Beautiful Things’ es una canción sobre el terror a perder lo que más quieres, que se construye a través de arrebatos un tanto Queen. ‘Slow It Down’ incorpora un piano un poco Motown para quejarse de algo similar: «La única chica que nunca me ha dejado es mi madre». Dentro del contexto del disco, en cambio, los sencillos no están tan marcados, para bien. Da la impresión de que muchas de las demás canciones podrían haber corrido tan buena suerte como las más famosas, o lo harán en el futuro.

Por ejemplo, ‘Be Someone’, que incorpora un bajo divertido y contiene en la segunda estrofa el texto que se había escuchado poco antes como ‘Intro’. O ‘Cry’, con esos falsetes y esa base rítmica un tanto The Police, una de las canciones que no son puro amor como las demás, sino que se revuelven contra su destino: «eres más narcisista que nadie de Hollywood / no eres ninguna inadaptada, no sigas diciendo que nadie te ha entendido».

Los temas trabajados junto a gente como Jason Evigan o Evan Blair tienden a explotar en su segunda mitad a través de una batería (‘There She Goes’), de un góspel (‘Drunk In My Mind’) o de un piano y unos arreglos de cuerda (‘Hello Love’). El color de la producción y las tomas vocales tan entregadas son más próximas al primer Harry Styles o a los últimos Take That que a Mumford & Sons. Los primeros Coldplay podrían ser una referencia en ‘Forever and A Day’ si recordamos las guitarras de ‘Yellow’ y ‘Shiver’, aunque la influencia americana está muy presente, lo que produce una segunda mitad algo más predecible en su sucesión de baladas folk siempre dispuestas a despegar.

Con una estructura similar, ‘What Do You Want’ suena algo diferente. Es una de las canciones en que mejor funciona su pronunciada teatralidad, con un Benson Boone dispuesto a representar sus propios problemas mentales, y sobre todo a salir del pozo. En la segunda parte del tema ya no le importa tantísimo perder a su chica. Ese «solo respondo por mí mismo, no necesito a nadie más / Finalmente soy libre» sirve de lema de autosuficiencia para la generación Z.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: benson boone