Shakira ha decidido volver a defender su inocencia ante su condena por evasión de impuestos, un año después de admitir fraude y librarse de prisión. Esta vez, Shakira ha decidido no hablar con un periodista, sino directamente firmar una carta -publicada por El Mundo- en la que acusa a la Agencia Tributaria de «criminalizarla» para reconstruir su «credibilidad».
En su criterio, Hacienda ha manipulado la realidad confundiendo sus continuas visitas a España para desarrollar su relación con Gerard Piqué, con una intención de establecerse en el país. Destaca que en 2011 pasó «solo 73 días en España, cuando el mínimo establecido por la ley para ser residente fiscal es de 183 días». Además, acusa a la Agencia Tributaria de usar un sesgo machista contra ella, señalando que existe un «machismo estructural» que «sobrevive en la burocarcia estatal» y que «da por descontado que una mujer solo puede seguir a un hombre, incluso cuando no le conviene».
Por otro lado, Shakira recrimina a Hacienda haberle tendido una «trampa»: «Cuando en 2015 me decidí a vivir en España bajo el régimen de impatriada, la Agencia Tributaria admitió que durante los 10 años anteriores yo no había sido residente, para luego, inmediatamente después, tratar de cobrarme por aquellos años».
Además de señalar a la Agencia Tributaria por culpabilizarla públicamente en los medios, utilizando un «relato infantil y moralista» contra ella para retratarse como «representantes de la justicia y la decencia», Shakira niega categóricamente haber defraudado a las arcas públicas. Asegura que no solo «cumplió con sus obligaciones» sino que «pagó mucho más de lo que debía». De hecho, Shakira asegura que la década que residió en España fue «financieramente perdida» a pesar de que realizó 120 conciertos en 90 ciudades, porque «todo lo que gané se lo quedó el Estado español». Dice que su patrimonio actual consiste «en lo que gané antes de llegar a España y lo que gané después de salir de ella».
En otros puntos de la carta, Shakira señala la «prepotencia» del Estado español, compara su método con la «Inquisición» y vuelve a explicar que su decisión de pactar estuvo motivada por su deseo de proteger a sus hijos, «no por cobardía ni por culpabilidad».
En el final de su texto, Shakira se reafirma y vuelve a cuestionar la credibilidad de la Agencia Tributaria. Indica que «en este pequeño artículo hay más verdad sobre mí que en todo lo que se publicó en 2023», y concluye: «Puede que a los funcionarios de la Agencia Tributaria que me juzgaron no les haga mucha gracia leerlo pero, francamente, me importa muy poco».