¿Cómo os imagináis las negociaciones con un artista para decidir si acude a promocionar algo a ‘El Hormiguero’ o a ‘La Revuelta‘? El infierno en vida, ¿verdad? En solo 3 semanas de emisión, Najwa y Danna (Paola) han hecho unas declaraciones en el programa de David Broncano que probablemente impedirán que jamás vuelvan al programa de Pablo Motos. La primera reveló que tras haber dicho que no en cierta ocasión, ya no la aceptaban. La segunda aseguró haber escogido ‘La Revuelta’ por ser actualmente el programa número 1. De momento ha ganado 11 de 15 batallas.
Parecía mentira que alguien pudiera acudir en la misma semana a ambos formatos, sobre todo si pasaba primero por ‘La Revuelta’. ¿Cómo iba a aceptar Pablo Motos las migajas de una Laura Pausini o de un Antonio Banderas? David Broncano ha decidido adelantarse y reírse de todo este miércoles, invitando a Ana Mena, tan sólo un día después de que pasara por ‘El Hormiguero’. Y ha sido tronchante, el más divertido de todos los shows de esta temporada.
Los hechos comenzaron el martes, cuando el show de RTVE reveló que un fan con una camiseta del Rayo Vallecano acudía todos los días al Teatro Príncipe de Gran Vía solicitando que Ana Mena fuera a ‘La Revuelta’. Pero en realidad ese día estaba en ‘El Hormiguero’. Y fue una de las pocas ocasiones en que el programa de Antena 3 ha liderado con claridad. Pablo Motos se conforma con poner banners en webs y cuñas publicitarias en radio, afirmando que es «líder en su franja». Sobre todo porque su programa empieza más tarde y ahora acaba a las 23.15. El prime-time de Antena 3, ya aniquilado por completo. El «access», siendo el «acceso» a la cama para leer un libro.
El equipo de ‘La Revuelta’ se desvivió por que Ana Mena fuera anoche la invitada del show. Sería la primera en acudir a los dos formatos rivales. Promocionaría su single ‘Carita triste’, que ronda el top 10 en España. Y además dos días seguidos. El programa situó en un 35% las posibilidades de haber conseguido que la cantante acudiera. Luego las redujo a un 15%. Jorge Ponce salió a las puertas del Teatro Príncipe a buscar al fan con la camiseta del Rayo. El Zoom sobre él fue hilarante, pero lo que sucedió después ya fue puro Luis García Berlanga: una corte cada vez más numerosa y variopinta de españoles -jóvenes, jubilados, gordos, delgados, con mochilas sin revisar, transeúntes sin nada- colándose en el teatro sin que ni se supiera si Ana Mena iba a estar por allí, ni si habría asiento para tal número creciente de espontáneos. El programa supo sostener una tensión tan absurda como todo su formato, en torno a si dicho grupúsculo de personas cabrían o no en el Príncipe.
Ana Mena apareció. En realidad el fan, que responde al nombre de Carlos, ya lo sabía porque se la había encontrado a las puertas. Ella entró por el patio de butacas cargada de chucherías, portando una maleta y mostrando su móvil para probar que había perdido un AVE por acudir al programa. Habló de su single y de su próxima película como a pocos artistas se les permite promocionar lo suyo, aseguró no haber follado nada en todo el mes de septiembre y anunció que lo de su WiZink de diciembre será una boda que le está quitando el sueño y con la que no ganará ni un duro. Se mostró encantadora con su fan. También es verdad que requirió de beber agua cuando este le prometió un nuevo regalo que sumar a todos los que ya le ha dado a las puertas de quién sabe cuántas salas y hoteles.
La cantante pudo promocionar lo suyo, sí. Pero el programa pudo a cambio seguir promocionándose. «¿Crees que Pablo [Motos] habrá llevado hoy a los alpinistas que estuvieron aquí ayer?», preguntó Broncano a Mena, que sorteó como pudo toda broma hacia Pablo Motos, a diferencia de otros invitados.
Lo suyo fue bordar una versión a capella de ‘Sabor a mí’, para desesperación de Grison y Ricardo, que no encontraron el tono. Aunque lo mejor es que por alguna razón, Carmen Lomana estaba entre el público, aplaudiendo, dándolo todo, como una más. La misma Carmen Lomana que estuvo en listas de VOX y luego renegó del partido. La misma Carmen Lomana que dejó estas declaraciones en abril en esa cadena, la COPE:
«Estoy indignada con cómo el Gobierno ha manipulado con Broncano y ha exigido que pongan a Broncano en TVE para fastidiar a ‘El Hormiguero’, así de claro, quitando quince minutos del Telediario. Es un disparate porque lo pagamos nosotros. Televisión Española es pública, a lo mejor me la estoy jugando, porque trabajo ahí, pero lo critico como lo hace casi todo el mundo que trabaja en la casa».
Broncano anunció dos invitadas más para cerrar el programa, dos personas tan famosas que no necesitaban ninguna presentación. Y cuando el público presuponía que serían Lomana y Patricia Donoso, que la acompañaba, Belén Esteban y María Patiño se presentaron con una olla de judiones. Una hecha el día anterior y que había ido de plató en plató. Sin que nadie hubiera manifestado haber guardado tal cosa en una nevera en las condiciones necesarias, en un Madrid que estos días alterna lluvias con sudores, le endiñaron una cucharada a David en toda la boca.
Los dardos volaron, esta vez contra Mediaset sobre el fin de ‘Sálvame’. Patiño y Esteban, visiblemente sobreexcitadas por su presencia en la televisión pública, se pisaron, se adularon y se picaron, todo ello sin hacer sangre con las audiencias de Telecinco en el último año. Ese y no el de Motos es el verdadero drama televisivo del año. Que el mundo avanza para unos y para otros la mayor baza sigue siendo Ana Rosa Quintana. ‘La Revuelta’ reventó los audímetros, y dejó una nueva ristra de memes. La verdad, si este programa va a alcanzar este nivel de improvisación, sorpresa y ahora también, famosos entre el público, ahora sí que sí que va a ser historia.