Un disco caótico y deslavazado, en el que un montón de buenas canciones se pierden a veces entre tanto colaborador ilustre e interludio. Pero, al fin y al cabo, ¿no es eso lo que uno espera de la banda sonora de un mundo apocalíptico?
El extenso combo madrileño de rap se estrena en un sello con un disco no demasiado innovador pero ambicioso, elegante y con gancho. Y, también, repleto de jugosas referencias a la cultura pop y el arte.
Bflecha sigue exprimiendo géneros en su continuista segundo disco, si acaso algo más zen y centrado en sonoridades orientales. Colabora de manera anecdótica El Guincho.