El tema de contarlo o no tiene implicaciones muy importantes que a veces pasamos por alto (psicológicas principalmente). Lógicamente en determinadas situaciones no hay por que hacerlo, los cementerios están llenos de lgtbs valientes, pero en general recomiendo hacerlo.
Básicamente el no hacerlo es perpetuar una mentira y unas cadenas opresoras. No hay que contarlo a la cara obligatoriamente, parece que si no lo hacemos "fuertemente" o a la cara tiene menos valor. A veces una carta, una llamada o un mensaje en el frigo es lo que necesitamos para romper la primera barrera.
Después está la situación "ya lo sabe, no sirve de nada decirlo"... Y eso es otra gran mentira, mejor, es la peor de las mentiras que podemos hacernos.
A qué tenemos que esperar? A terminar la carrera, a encontrar un trabajo, a irme de casa, a unas Navidades o un verano, a un "buen momento", a tener una pareja estable, a convivir con mi pareja estable, al nacimiento de un sobrino, a la boda de nuestro hermano...
Vivir en una mentira continúa y no permitir a nuestra familia ser parte de nosotros es egoísta y cobarde.
Y vuelvo a decir que hay situaciones donde es mejor pasar, pero honestamente creo que son las menos.