domingo, 9:45 de la mañana
me despiertan los de la cofradía de enfrente de mi casa ensayando con el trono de juguete y la radio con las marchas para seguir el ritmo. Son las 12:30 y ahí siguen, ahora que no llueve van por la calle parriba y pabajo al grito de: pero súbela mariconaaaaaa!!
tengo que cambiar la caja de los gatos, estoy por tirársela a ellos en un descuido, oops.