O eso, o cambiamos profundamente de modelo. Si las pensiones públicas desaparecen y todo pasa al sector privado, la cosa no tardará en colapsar también.
El sector público tiene la ventaja para pagar pensiones de que no necesita dejar una plusvalía a nadie (aunque tiene otros problemas), problema que sí tienen las aseguradoras privadas.
Hoy en día sus clientes son premium, gente que puede hacer sus aportaciones cómodamente, y que lo que paga es un complemento que dignifique su pensión pública futura. Si un día el sistema de pensiones salta por los aires, y ya no hay pensiones para nadie, una parte de la población se quedará básicamente sin ningún tipo de cobertura, pero las aseguradoras van a tener que hacer malabarismos para balancear la cuota a pagar, con la cuota futura a cobrar, atendiendo a muchísima más gente, y encima sacar beneficios.
Las cámaras de suicidio serán la clave.