Me he quedado un poco igual. Tarda un buen rato en arrancar, hasta hacerte creer que estás viendo un documental sobre los primos granjeros de Björk, vamos. Una vez presentado el conflicto, mantiene la (mínima) tensión a lo largo de una horita. Y finalmente, un (mínimo) clímax resolutivo que no es tal realmente, y acaba y dices "pues vale, pues molt bé, pues adéu". No sé cómo ha estado la cosa este año en Sitges, igual se han llevado la sobriedad y la sencillez narrativas, pero esta peli, para ser la ganadora, es planita planita, la verdad.