Hay cosas que recuerdan a Amarcord, sí. La tía Patrizia sería la Gradisca de Fabietto, la experiencia sexual grotesca con la baronesa equivaldría a la de la estanquera, allí había una monja enana y aquí un monjecito. Y están esos personajes de la familia y la manera en que los rueda, que inevitablemente recuerdan a Fellini como ya pasaba con La gran belleza yendo en paralelo con La dolce vita. Precisamente, la aparición del jeque y la modelo me gusta tanto porque es un elemento bizarro que no viene a cuento y que es muy Fellini.
Pero por lo demás es una peli muy auténtica y puro Sorrentino, con ese estilo suyo tan característico que ha venido desarrollando desde sus primeras películas, antes de que nadie le comparara con nadie. Y en esta película es capaz de rodar algunas escenas muy íntimas y emotivas con las que es más fácil conectar que con Fellini. A Fellini llegado un punto de su filmografía lo puedes admirar formalmente, de hecho es fascinante (8 y 1/2, Satyricon, Roma, Casanova, Y la nave va (mi favorita junto a Amarcord)) pero es difícil conectar emocionalmente con él. Eso cuando no es tan barroquísimo que te deja fuera, como en La ciudad de las mujeres o La voz de la luna. Y pocas veces le veo el equilibrio que le veo al guion de la última de Sorrentino, que es capaz de funcionar en lo cómico, en lo trágico, en lo grotesco y en lo bello.
Y bueno, el tema Maradona. A lo mejor es porque yo he sido muy futbolero y me hizo gracia, pero solo es un accesorio más para enriquecer el retrato de "Nápoles años 80". No creo que sea algo como para dejar fuera a nadie. Quizá el hecho de que Fabio esté obsesionado con el fútbol y las mujeres puede hacer que algunos de por aquí no acaben de conectar mucho con él, pero no es una peli sobre fútbol como la de King Richard pueda serlo sobre tenis. Es solo un elemento secundario de la trama.