Vista en Sitges. Tiene buena factura visual y por momentos consigue crear una atmósfera onírica apañada, pero la trama es una cosa absurda, confusa, arbitraria y mal contada. Ni entiendes qué está pasando ni te importa. Y cuando finalmente lo entiendes, preferirías no haberlo hecho. Habría estado bien darle un par de vueltas al guión antes de ponerse a rodarla. O no rodarla, que también era una opción.