La tenía ya vista pero no entera. Tiene el encanto del cine clásico y el sello Fellini (a mí personalmente me gusta más cuando estaba ya más desatado unos años más tarde, pero ya me vale). Y aunque es una muy buena película, se hace complicado empatizar con los personajes. Zampano es un alcohólico, maltratador, infiel y homicida que compra a Gelsomina por 10.000 liras y la trata como a un perro. La película no intenta blanquear al personaje ni humanizarlo, hasta la escena final. Y ella se comporta con él con esa fidelidad del perro que se mantiene junto a su amo pase lo que pase y le haga lo que le haga. Y por mucho que Giulietta Massina la interprete con carisma (sobreactuando también como si no hubiera un mañana) o que haya momentos en que de tan lerda y desvalida te provoque ternura, a menudo es difícil entender a su personaje. Puestos a empatizar con alguien empatizo con el personaje de El Loco, ese tipo cuya única vocación en la vida es molestar a los demás sin pararse a pensar en las consecuencias y que, oye, un poco sí que me representa.