Me resulta una peli incómoda, en parte por Trump (que bastante tenemos con verlo a diario en las noticias como para encima tragarnos una película sobre él, cuando lo que desearía es fingir que no existe) pero también por su estética ochentera feísta, algunos maquillajes chanantes, y esa fotografía y cámara al hombro que le dan un look barato y muy televisivo. Pero supongo que vale la pena por la interpretación de Sebastian Stan, que está tan bien caracterizado y clava el personaje de tal manera que consigue lo que nunca pensé que diría sobre Sebastian Stan: da asquillo. Dirige Ali Abassi, el de Holy Spider, recientemente cancelado por manosear a una celebridad de clase A en la fiesta post-Globos de Oro (según él, le dio una palmada en el culo a un actor conocido suyo, pero sin mala intención).