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Por mucha fama que me preceda, ni soy ni fan de Albert Serra ni especialista en su obra. Solo he visto Pacifiction, que, la verdad, me pareció fascinante. Así que me acerqué a ver Tardes de soledad con curiosidad (y en una sala atestada de de señoros-con-look-de-intelectual-de-derechas, tipo Reverte y De Prada :| ) y cierta expectativa ante la aclamación crítica general.
En mi opinión, lo más interesante pasa fuera de la plaza de toros: el ambiente hipermasculizado, los comentarios de la cuadrilla en el coche (entre lo poético y lo paródico), los rituales, el homoerotismo de todo el proceso de vestuario. En el ruedo, pues simplemente una gran lupa puesta sobre una corrida: sangre, tensión, muletazos, pases de pecho, banderillas, picadores, sudor, lluvia, muecas, gritos. Muy explícita en mostrar la agonía y el sufrimiento de los toros, con una insistencia repetitiva que yo diría que es incluso activismo animalista. En general, hay poco esteticismo, poca romantización, poca poesía.
Al final, lo que queda es un retrato autoral aunque bastante fidedigno de un espectáculo muy cruel, aburrido a ratos, vibrante a otros, sucio. Pero superando el hecho de la agonía animal, que es francamente fuertecita, me he quedado un poco igual.