Aunque el tema de Whiplash es verdad que está más que trillado, (me acordé mucho de Cisne Negro salvando distancias) lo que a mi me ganó mucho es cómo está conducida, con ese extremismo al que lleva la deshumanización del protagonista frente a sus relaciones (me gusta esa crítica constante a la pretenciosidad del chico y el mundo del jazz) y con esas interminables escenas titánicas en las que parece que el enemigo no sea el Sargento de hierro sino la propia batería. Es que le terminas hasta cogiéndole manía. Logra transmitir a porrazos el precio de una obsesión.
Lo único que creo que le sobró a la película es la conversación que mantienen alumno y profesor en el bar.
Me estoy dando cuenta que este es el año de los egos entre Birdman y Whiplash