Dejando las bromas y la pesadez a parte, diré que:
Dracula me alucinó en su momento. Fue de la primera película que vi dos veces cine. El prólogo me dejó sin respiración (esa música, esa lengua rara, la sangre es la vida y Elizabeta cayendo), lo más parecido a un orgasmo que he visto en cine. Mítica. Maravillosas las Vampiresas que atacan a Kenu Reeves (escena que han copiado hasta la saciedad en cine, videoclips, etc). Lo único que me chirría son los supuestos exteriores (Londres, el desenlace) que huelen a legua a cartón piedra.
Nunca entenderé por qué Hollywoood se centró tanto en efectos especiales y diseño de vestuario, denostando la obra maestra que es su banda sonora.