Para hablar con toda sinceridad, en su momento me impresionó mucho el Diva de Annie Lennox. Luego vino el Debut de Björk y de ahí en adelante el momento póster en la pared y compra compulsiva de discos, singles y remezclas. Y luego ya se me endureció el corazón y dejé de apasionarme demasiado por nada en concreto, y hasta ahora. Qué bien no ser fan, Javier.