La forma del agua.
Es un cuento romántico, 100% Guillermo del Toro. Funciona como un reloj, con sus dosis justas de comedia, thriller, melodrama y una ambientación años 60 muy cuqui. Sally Hawkins y los secundarios están estupendos, especialmente Octavia Spencer. Si el año pasado la nominaron por aquella tontada de la NASA, este año debería repetir nominación. Lo menos convincente es precisamente el componente fantástico, el romance entre la mujer y el anfibio, pero bueno, te lo crees.