El programa es terrorífico, y la entrevistadora esa americana es súcnor profunda. Más tonta que una mata de habas y con el talento de un botijo.
Y la Áless es tan compleja como el mecanismo de un chupete. Tan llena de matices...
Lo más fantastic ha sido cuando Montañez le ha dicho que se calle la boca diciendo que es embajador de PETA, porque no lo es.