testimoño: mi bisabuelo tenía una querida más o menos consentida por mi abuela, y que era tradición de todos los labradores de posibles que habían medrado y se habían movido a la ciudad. Sin embargo mi madre cuenta que un día que volvía mi bisabuela cargada del pueblo, con ropa de campo, con todos los nietos (mi madre incluida), se la cruzó por la calle mayor toda arreglada, tocada con sombrero, con un abrigo de pieles y fumando un cigarrillo (años 50), sonriendo a mi abuela. Dice mi madre que le dijo: "quédate un momento aquí y cuida a tus hermanos". Y que se fue detrás de la otra, la enganchó del sombrero y la metió a un portal y que se oyó la somanta tortas en kilómetros a la redonda.
Poco después esta señora se murió de cáncer y mi bisa se enteró antes que mi bisabuelo: cuando éste se levantó fue a coger la ropa que le dejaba preparada todos los días su mujer y vio que había corbata negra. Le preguntó: ¿y esto, a que viene?. A lo que mi bisabuela contestó: "vístete, tienes un entierro".
BAM, VENGANZA!