No entendéis nada, en las academias de peluquería hay una parte de la enseñanza a los alumnos que es puro condicionamiento clásico, rollo perros de Pavlov. Cuando oyen "córtame las puntas", se vuelven crazies del cunt. Si añades "pero un poco sólo, eh, como mucho dos dedos", entonces ya les dispara el comportamiento sicótico con la tijera.
Lo único que se ha demostrado que funciona es, cuando llegas a la peluquería coger al peluquero por la espalda, arrebatarle las tijeras y amenazar con clavarlas en el cuello cuando le pides lo de cortar las puntas.