Madre mía, es que es de lo que máse cabrea en esta vida. Le cortan la calle, pueden ir pegando voces, decir lo que les salga del nabo, hacer saludos fascistas (como los he visto este mismo veranos a unos hinchas de un equipo de Albania) y aquí no pasa nada. Alfombra roja si hace falta. Uffff.
Me sorprende que nadie les aplaudiese durante el paseo. :D