Por primera vez en mi vida me han gustado los adornos dentales. Me ha venido una tía a la clínica con dos mierdas de esas en los dientes y quería que le pusiera unos nuevos. Y así he hecho, le he cambiado el conejito playboy (¡¡¡!!!) y el brillante, y le he puesto una cabeza de boxer enorme en un lateral que quedaba todo tapado, y en el canino una cosa que sinceramente no sé qué era con una piedra brillante y de todo que tenía aquello. Era tan exagerado y hortera que parecía un grill de dos dientes.