Los que escriben los resultados de la cosmo están aburridisimos, o cobran por palabra, madre mía
SexEstima
Resultado:
Sin complejos. Proyectas tantas vibraciones del tipo “¡soy la bomba!” que más de un chico necesita una ducha fría en cuanto te pone los ojos encima. ¿Que te rodea una legión de supermodelos en bikini? Tranquilidad en las masas. Piensas que no tienes nada que envidarles y que tu traje de baño es mucho más insinuante que cualquiera de los suyos. Tampoco te achantas a la hora de ligar, ya sea en medio de una boda o diciéndole a un hombre qué es lo que quieres que te haga en cuantos se mete entre tus sábanas Tal derroche de autoconfianza es fantástico, pero en ocasiones no conviene hacer tanto alarde de ello. Sacar provecho de tu lado más sexy para conseguir lo que quieres puede incomodar a la gente, sobre todo a los compañeros de trabajo. ¿Cómo aplacar tu fuego? Piensa un segundo en la idea que se harán los demás de ti Por supuesto que te vendría muy bien coquetear con alguno de tus colegas para que realice parte de tu trabajo, pero tal vez tu jefa lo tome como una falta de ética profesional.
Resultado:
Supersegura. En tu mente, una verdadera actitud sexy no consiste en mostrar ademanes de “loba”. Por eso prefieres ponerte vaqueros ajustados y un top bonito antes que un vestido que apenas tapa lo justo, y optas por piropear a un amigo en lugar de alardear de escote para demostrarle cuánto le “aprecias”. Resumiendo: eres capaz de proyectar una imagen de confianza en ti misma de una forma muy sensual sin restregar tu sexualidad ante las narices de nadie. Por supuesto, hay ocasiones en las que te encanta sacar tus armas más seductoras. Sabes cómo hacer uso del lenguaje corporal y no te cortas. Así, en lugar de limitarte a mirar a ese chico que tanto te gusta, le regalarías una sonrisa mientras te pasas la mano suavemente por el cuello. Con ello le estás enviando el mensaje de que te sientes sensual y relajada: una invitación al acercamiento.