Este álbum es una maravilla de principio a fin, es un dignísimo sucesor de Agaetis Byrjun, de ( ) y de los mejores momentos de Valtari. Es un Valtari con esteroides: Más orquestal, más denso, más ambiental y... precioso, en resumen.
Estos 10 años de espera han merecido la pena por completo; sigo queriendo un Kveikur II pero ÁTTA es una barbaridad de lo impresionante que es.